Roldán: ni atentado, ni terrorista, ni yihadista

Islam en Murcia – 30.09.21

Paulino Ros Paredes 

Dos semanas después no se ha descubierto ni una sola prueba que permita concluir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FFCCSE) y a la Administración de Justicia que el atropello ocurrido en Roldán (Torre Pacheco, Murcia) el pasado viernes 17 de septiembre, fue obra premeditada de un terrorista suicida.

Pero lo publicado por medios de comunicación teóricamente serios y fiables por internet y sus redes sociales, ya ha hecho todo el daño que se puede hacer a marroquíes y musulmanes, cuya presencia y aportación es fundamental para el municipio de Torre Pacheco y para toda España. 

Bomberos, sanitarios y policías en el lugar del siniestro (foto cedida)

Algunos titulares:

EL MUNDO: La Guardia Civil investiga la visita a una mezquita que hizo el yihadista de Murcia antes del atropello múltiple

EL ESPAÑOL: Abdellah, el yihadista atípico: drogas, alcohol y fiestas antes de su atentado en Murcia

LA RAZÓN: Tres informes de la Guardia Civil entregados en la Audiencia avalan la autoría terrorista del atropello de Murcia

Hay muchos más titulares en otros medios, y hay unas cuantas columnas de opinión de “periodilusionismo”: periodismo basado en la ilusión que hace un minuto de gloria gracias a una noticia estirada hasta la falsedad que reporta miles de “clicks” y por tanto pingües beneficios a sus respectivos portales de internet.

Después de leer todo lo que se lleva publicado sobre este suceso desde el 17 de septiembre, no sé si reírme o llorar.

La información que se aporta es incluso contradictoria por no decir falsa. Se han escrito disparates para intentar justificar el origen “yihadista” del atentado, la mayoría debido al nulo conocimiento del islam, y lo que es peor, al absoluto desinterés por conocer un poco más esta religión que profesan dos millones de personas en España.

Les cuento.

“El agresor visitó una mezquita aquel día”. ¿Y? Era viernes. Miles de musulmanes visitan las mezquitas los viernes, es su día de ir a “misa”, como el domingo para los católicos.

“Iba depilado”. Conozco a mucha gente que se depila con frecuencia y no son terroristas.

“Estudió la zona en la que pretendía hacer el atentado”. Negativo. No necesitaba estudiarla, la conocía perfectamente, como cualquier pachequero conoce el lugar donde vive desde hace años. O quizá, la conocía aún mejor porque es posible que fuera a comprar la droga que consumía en un “punto de venta” cercano a donde ocurrieron los hechos. 

“Realizó el saludo de despedida yihadista antes del atropello”. ¿No me digas? ¿A 100 kilómetros por hora? ¿Quién y cómo pudo ver eso?.

Leo en otro sitio que el supuesto testigo que dijo a la Guardia Civil que le había visto despedirse de forma “yihadista”, resulta que lo que vio no fue antes sino después de estrellarse con el coche. 

Ese testigo dice en este otro sitio de internet, que vio al conductor moribundo hacer el “tawhid”. 

Imaginemos que una persona que casi murió en el acto y que no se movía en absoluto como se puede apreciar en los videos inmediatamente posteriores al accidente que he podido ver, tuviera un último momento de energía y lucidez para decir: “Dios mío, eres único, eres el más grande y a ti me debo, ayúdame”. Imaginemos que eso pudo ocurrirle a este hombre que según han contado sus familiares y conocidos bebía alcohol y consumía drogas con frecuencia, algo prohibido para los musulmanes. Y una vez imaginado eso, me pregunto: ¿y qué?, ¿hay algo malo o es raro acordarte de Dios cuando estás a punto de fallecer?.

“Dejó tres cartas diciendo que iba a cometer un atentado terrorista”. Lamento decepcionarles: no hay una sola palabra en esas cartas que haga pensar que estamos ante un atentado terrorista. El Corán no es un manual terrorista y el islam no es una religión bélica. El Corán es el libro sagrado de los musulmanes, es la palabra de Dios, y el islam en una religión basada en la paz, por si ustedes no lo sabían. Que en esos manuscritos en español haya una cita al Corán escrita en árabe, lo único que demuestra es que su autor recordaba su origen musulmán, aunque por lo que cuentan sus allegados su vida no fuera precisamente un ejemplo de buen musulmán. 

“Se encontró un cuchillo con el que se pudo autolesionar”. No sabemos si la herida por arma blanca fue anterior o posterior al siniestro con el coche. No sabemos si la herida se la hizo o se la hicieron. No sabemos siquiera si la autopsia ha concluido, y lo que sí sabemos es que sus resultados no se han publicado. El caso está en secreto de sumario. 

Sí sabemos que además del ciudadano español que falleció en este siniestro, había un ciudadano venezolano, que ha despertado nulo interés en la prensa por no decir que se ha obviado, como se quejaban los asistentes al Focus Group organizado por Murcia Acoge el pasado martes.

También sabemos que ninguna organización terrorista en el mundo ha reivindicado lo ocurrido en Roldán el pasado 17 de septiembre, cuando lo habitual en casos de terrorismo, es que siempre haya alguien que lo reivindique inmediatamente.

“Fantasías animadas de ayer y hoy presentan….”. Con esa cancioncilla de introducción a los dibujos animados crecí en los 70 sentado en el sofá frente al televisor en blanco y negro.

A propósito de lo que les estoy contando recuerdo aquella inolvidable melodía y también la cortinilla que cerraba esos minutos de puro goce infantil: “¡Esto…, esto es todo amigos!”.

Porque de dibujos animados me parece la cobertura informativa que algunos medios de comunicación están haciendo de lo ocurrido en Roldán, en Torre Pacheco, de donde soy.

Si fue un atentado terrorista, aparecerá antes o después alguna prueba que lo demuestre. Si hoy no ha aparecido esa prueba, no me vengan con fantasías animadas, no me digan hoy que fue un atentado “yihadista”.

Por cierto, si quieren conocer un ejemplo de normalización de la vida de los musulmanes en un pueblo español, conozco uno. ¿Dónde? En Roldán.