RACISMO | Sigue la persecución del "moro" en Murcia: la discoteca Maccäo de San Javier expulsa a jóvenes españoles por tener nombre marroquí, ¡exigimos su cierre ya!

Islam en Murcia - 17.08.25

Pantallazo de la entrada que compró Marina

Maccäo es una discoteca al aire libre que está en un solar del término municipal de San Javier (Murcia) junto a la antigua carretera N-332 entre Los Narejos y el antiguo aeropuerto regional.

Se anuncia como el primer "Open Air Club del Levante". No sabemos si será así o no porque no hemos ido ni vamos a ir a comprobarlo. Lo que sí sabemos es que su trato racista a la clientela masculina de origen marroquí es conocido en toda España, y a partir de este momento será conocido en todo el mundo. Es racismo, es islamofobia, es morofobia, es morocofobia. Todos los veranos se repite la misma historia en lugares de ocio de la costa murciana y alicantina.

A continuación les ofrecemos el relato que nos ha enviado un matrimonio de Cartagena que trabaja en Países Bajos y está pasando las vacaciones de agosto en su tierra natal. Este matrimonio tiene una hija de nombre Marina, de 17 años, cuyo novio es un cartagenero de nombre Youssef, de la misma edad. 

Los dos son los protagonistas de los siguientes hechos, que los afectados no han denunciado por miedo:

Noche del viernes 8 al sábado 9 de agosto de 2025. Fiesta GLOW, para mayores de 16 años, en la discoteca Maccäo (San Javier). A las chicas se les pedía que llevaran vestido o atuendos con brillo. Al entrar se les entregaba una pulsera con brillo diferente si eras mayor de 16 o mayor de 18 años. A los y las jóvenes menores de edad no se les servía alcohol, se trataba de una fiesta especial sin alcohol para esas edades.

A Marina su prima le habla de la fiesta y le propone ir con una amiga común. Nunca había estado. Quedan en ir después de las 12 de la noche del sábado 9, y su padre pasaría a recogerlas a las 7 de la mañana.

Se lo comenta a su novio, Youssef, con el que comenzó a salir hace un año. Youssef accede encantado y se lo dice a cuatro de los amigos de la pandilla, todos españoles de origen marroquí salvo uno, todos de 17 y 18 años de edad. Quedan en comprar entrada para un reservado, que adquiere uno de ellos, de nombre Khalid. 

Entrada colectiva adquirida por Khalid

En los diferentes niveles de las terrazas los reservados se ubican al aire libre; constan de un sofá y sillones para cinco personas y mesa para las bebidas. Desde allí contemplan las pistas de baile y bajan cuando quieren.

Marina y sus amigas compran las entradas de general. Llegan a las 2 de la madrugada. Marina no encuentra en los reservados a Youssef y lo llama: “No nos dejan entrar y no sabemos por qué”, le dice su novio. Marina sale a buscarlos, uno de los porteros le pregunta que a dónde va: “Sois unos racistas, si no dejáis entrar a mi novio, yo tampoco me quedo". El portero le responde: "¡Anda ya! Si sales no vuelves a entrar".

Ya fuera, en el descampado donde está la discoteca Maccao, Youssef le da detalles. "Cuando llegamos nos dijeron los porteros que no podíamos pasar porque los reservados estaban completos. Les respondimos que teníamos entrada, y nos dijeron que nos pusiéramos en la cola de la taquilla donde devuelven el dinero del reservado".

Youssef sigue su explicación: "Ya en la cola de devoluciones dijimos que con ese dinero iríamos a la otra taquilla a comprar entradas de general. No nos dejaron, nos dijeron que cogiéramos nuestro dinero y nos marcháramos". Solo los que tenían nombre español conseguían comprar entrada.

Marina se quedó hablando con Youssef y los amigos españoles de origen marroquí que no pudieron pasar. No se sorprendieron del trato recibido, aunque no van a sitios así. Sobre las 5 de la madrugada empezaron a llegar taxis y sus amigos se marcharon. Marina y su novio, Youssef, esperaron al padre que llegó a las 7 de la mañana y se volvieron con él.

La madre de Marina nos pasa los siguientes comentarios sobre la discoteca Maccäo que ha encontrado en internet. Todos se quejan del trato racista y el desprecio a los marroquíes:




Desde Islam en Murcia hacemos un llamamiento al Ayuntamiento de San Javier, a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, a la Delegación del Gobierno en Murcia y al Instituto de la Juventud de España (INJUVE) para que hagan las gestiones pertinentes que concluyan con el cierre de la discoteca Maccäo por su ejecutoria racista e islamófoba que hace un daño irreparable a la juventud española y por tanto a la sociedad en su conjunto. 

A nuestros lectores les proponemos una etiqueta para que compartan esta entrada en redes sociales: #cierredemaccaoya

Solo con medidas contundentes podremos frenar el racismo que en España lidera la Región de Murcia de la mano de Vox y su fábrica de odio a la diversidad.

Nota: los nombres de los chicos que se citan en los hechos son figurados, no quieren dar su nombre real.

Comentarios

  1. ¿Por qué tanta actividad anti-española? Los centros tienen derecho de admisión os guste o no. A ver cuando un post que critique la persecución a saharauis por parte de marroquíes en España, ¿o eso no es un problema?.

    Sólo señaláis hacia un lado, no sois imparciales ni nada del estilo. No os interesan los derechos sociales, os interesan los derechos sociales de unos pocos. Seguís el discurso del rey para hacer lobby pero se os está acabando el chollo.

    Animo a todos los españoles a que destapen este tipo de asociaciones pro ocupación en sus círculos cercanos.

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  2. Israel = Marruecos. SAHARA = PALESTINA

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  3. antonio angel perez ballester19 de agosto de 2025 a las 20:22

    El incidente con estos chicos y chicas hispano marroquíes y españoles, pone frente a los odiadores ante sus propias contradicciones. Una de las cosas que alegan para que se les excluya o expulse de España, es que no se integran en nuestra sociedad. Resulta que cuando quieren relacionarse con otros chicos y chicas en lugares de ocio no se les permite la entrada, y además se mira con malos ojos a los españoles/as que mantienen relaciones de amistad con ellos. Me recuerda como se trataba a las primeras parejas interraciales en los estados del sur de EEUU, donde se les veía como una amenaza y no podían casarse. Esto no ocurrirá aquí, pero que se les mire con desconfianza y hostilidad, si podría. Ellos y ellas (leer todas las opiniones escritas en Google sobre esta discoteca), no ven colores o nacionalidades diferentes. Solo personas. Podíamos aprender un poco.

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  4. No acostumbro a escribir en plataformas/redes pero como madre de Marina (protagonista del artículo junto a su pareja), me gustaría lo primero, agradecer el buen trabajo de periodismo.
    Por otro lado, compartir aquí que el asombro y la sensación de impotencia me hicieron sentir que debíamos contarlo. Callar no era una opción.
    Que una pareja de chicos jóvenes se enfrente a este tipo de experiencias es tan sorprendente como decepcionante.
    Pensar que el chico protagonista pueda normalizar estos comportamientos hacia él simplemente por su apariencia debe hacernos reflexionar como sociedad.
    Y va más allá, en ningún momento, antes de que esto ocurriera, pude imaginar que mi hija también sería víctima porque decidió salir de allí para estar con él.
    Gracias de nuevo por dar visibilidad a estos comportamientos.

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    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras, y ánimo para denunciar los hechos en los organismos pertinentes.

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