Islamofobia made in "El Español"

Islam en Murcia - 24.10.24 - P. Ros

Vehículo siniestrado en el accidente de la A-30 el pasado lunes (foto de La 7 TV)

El lunes 21 de octubre de 2024 un turismo que circulaba en sentido contrario por la autovía de Cartagena a Murcia impactó contra otro turismo en el que viajaba el diputado regional del PSOE, Miguel Ángel Ortega. 

El diario "La Verdad" publicó que "el kamikaze, de origen magrebí, dio positivo en drogas y alcohol". Venga, vamos, que no falten nunca esas tres palabras: de origen magrebí, como si eso fuera lo más relevante del suceso, como si eso aportara información fundamental sobre el conductor infractor y los hechos.

El diario "La Opinión" lo contó de otra manera: "Tanto el parlamentario como el conductor kamikaze del otro turismo, un chico de 23 años llamado Mohamed, fueron trasladados al centro hospitalario...". Se resalta el nombre Mohamed, debe ser para que nos acostumbremos a leerlo porque ya hay más Mohamed en España que Julio, Tomás o Gonzalo como se encargan de destacar últimamente todos los pseudomedios de comunicación ultraderechistas y neofranquistas de España.

¿Se imaginan ustedes una noticia en la que leyeramos "el kamikaze, de origen cartagenero", "el kamikaze, de origen murciano" o "el kamikaze, de origen catalán"? ¿Y otra en la que leyeramos "un chico de 23 años llamado Manolo fue trasladado al hospital"? Yo ni me las imagino ni las he leído nunca.

Como era de esperar, a estas noticias responden muchos lectores con comentarios fuera de lugar, islamófobos, morófobos y racistas a más no poder.

En noviembre de 2022 tuve la desgracia de sufrir un accidente muy parecido al de Miguel Ortega y la suerte de vivir para contarlo. Les puedo asegurar que un siniestro así te marca de por vida. Lo peor en mi caso es saber que el infractor entonces ni siquiera fue detenido, ni se le retiró el carnet de conducir. No era español, era de otro país de Europa. Me da exactamente igual su lugar de nacimiento, es intrascendente, lo importante es que un hombre que pudo acabar con la vida de dos personas, la mía y la de mi acompañante, se ha ido de rositas, a seguir bebiendo whisky por un tubo y poniendo en riesgo la vida de otras personas cada vez que conduce borracho. El problema de los accidentes de tráfico es infravalorado en España, hay asesinos sueltos a bordo de armas mortíferas sobre cuatro ruedas. De cómo acabar con esa desgracia es de lo que se debe hablar y no se habla.

Insisto, me da igual de donde sean, que se endurezcan al máximo posible las leyes para estas personas, que la sociedad y la administración de justicia se conciencien de las secuelas físicas y psicológicas que arrastramos quienes tenemos la suerte de vivir después de una experiencia tan traumática.

No quiero ni pensar en la familia de esa mujer de 35 años embarazada que perdió la vida en un accidente el pasado domingo por la noche cerca de Logroño. Un conductor que circulaba en sentido contrario acabó con su vida. El conductor era de nacionalidad española, nos cuenta la prensa, tenía 46 años, dio positivo en alcohol y drogas, arrastraba antecedentes por conducir bajo los efectos del alcohol. Pero claro, era un conocido DJ y no se llamaba Mohamed, por eso quizá no nos lo han mostrado de cara, no le han grabado una entrevista contra su voluntad, como sí le ha ocurrido a Mohamed.

"El Español" no ha dudado ni un instante en publicar ese video en Instagram, donde los comentarios no pueden ser más islamófobos. Llama la atención la permisividad de la Guardia Civil hacia la persona que graba el video en actitud de acoso hacia el detenido. No hay ética, no hay periodismo, todo vale para conseguir audiencia con la caza del "moro".


"El Español" y sus lectores ya han juzgado y condenado a "Mohamed", de paso han señalado a todos los musulmanes y "Mohamed".

La jauría mediática islamófoba sigue fuera de control. "El Español" se ha cubierto de gloria, se ha ganado su propio certificado: "Islamofobia made in El Español".

Mientras tanto, las facultades de periodismo siguen sin impartir formación antirracista en sus aulas. Son en sí mismas instituciones supremacistas, instaladas en la autocomplacencia y a años luz de la realidad social. Lo cual garantiza larga vida a este blog, donde seguiremos denunciando los desmanes de todos aquellos y todas aquellas que con el título de periodista bajo el brazo van sembrando xenofobia, racismo, islamofobia con sus publicaciones.

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