El Observatorio Andalusí culpa a la prensa de generar islamofobia por el uso incorrecto de términos como "islamista", "yihadista" o "sharía"
Islam en Murcia - 29.11.23 - P. Ros
Portada del informe 2022 |
El informe es muy amplio y da cuenta de todos los asuntos que interesan a los musulmanes, desde la educación, al culto religioso o los cementerios, además de hacer una relación de incidentes registrados durante el año 2022.
Nos parece particularmente importante la dura crítica del informe hacia los medios de comunicación españoles por su fomento de la islamofobia y la morofobia a partir de un trabajo que no tiene en cuenta el auténtico significado de las palabras.
Extraemos una parte del informe titulada "La distorsión informativa", si bien más abajo pueden consultarlo completo en "pdf":
La distorsión informativa
Aunque se observa más prudencia en los medios de comunicación a la hora de mencionar conceptos relacionados con los musulmanes, continúa haciéndose en algunos medios un uso abusivo e indiscriminado del término “islamista”, o adjetivar de “islámico”, sin criterio ni conocimiento del morfema ni del fondo de lo que adjetivan, de la misma manera que tildan de “yihadista” a personas y bandas sin criterio alguno.
Si el término “yihadismo” se refiere a bandas armadas que utilizan en su propaganda la palabra “yihad” retorciendo su sentido original (gran yihad como esfuerzo de superación y yihad menor como legítima defensa), se está denominando a grupos terroristas por un síntoma y no por la enfermedad, el terrorismo, ya sea nacionalista o internacional. Quienes llaman “yihadistas” a unos, no llaman cruzadistas a otros.
Las personas “salafistas” simplemente toman como ejemplo a los primeros discípulos y primeras comunidades religiosas, como ocurre en otras religiones; cuyas ideas y citas utilizan algunos grupos ultraderechistas en su propaganda demagógica ya que quieren manipular y presentarse como los más puros musulmanes. No se debe confundir la historia sagrada con quien la esgrime para manipular, captar y coaccionar. Al denominar a grupos de extrema derecha por este discurso, se demoniza a todos los salafíes pacíficos, cuando la amenaza, en todo caso, proviene de ultraderechistas violentos.
Los grupos de “tabligh” son grupos de apostolado, como tienen otras religiones como la católica, por lo que es absolutamente injusto demonizar al apostolado islámico, solo por la prevención de que pudiera haber una célula terrorista disfrazada de grupo de apostolado piadoso como tapadera. Se debe profundizar más allá de la apariencia.
La “sharía”, derecho cheránico o derecho canónico islámico, actualmente comprende el ámbito de matrimonios (con efectos civiles en España), divorcios y herencias; pero se siembra miedo al Islam y su jurisprudencia confundiendo a la población al llamar “ley islámica” o “sharia” a códigos penales de la antigüedad que aplica arbitrariamente algún señor de la guerra, para gobernar bajo el terror, allí donde no llega la autoridad estatal ni un código penal promulgado desde su poder legislativo por musulmanes de hoy.
Si por los términos “islamista”, catolicista o laicista, comprendemos a quienes quieren que se gobierne y legisle de manera excluyente a los demás, en lugar de gobernar y legislar para todos los ciudadanos de toda convicción, no tiene justificación tildar de islamista a cualquier político solo porque es musulmán o al gobierno de un país de mayoría musulmana, o cualquier organización religiosa, sino que se debe hacer un análisis serio y ponderado, como sería con los partidos islamo-demócratas. Quienes llaman “islamistas” a unos, no llaman cristianistas a otros.
Esperamos que los informadores se informen objetivamente de fuentes sin prejuicios y, utilizando los términos con corrección, diferencien a violentos y terroristas, de forma clara, del Islam y de los musulmanes de bien.
Tampoco se observa que el informador esté informado objetivamente, introduciendo estos comunicadores una gran confusión y opinión negativa hacia los muslimes. Los medios de comunicación se acostumbraron a publicar noticias sin verificar su veracidad sobre todo cuando se trata del islam y de los musulmanes.
Las suposiciones periodísticas sobre sospechas fantasiosas o malpensadas continúan sembrando una sensación de alarma en la población general con artículos que dicen citar fuentes de la policía nacional, distorsionando términos procedentes del árabe, como “yihad”, “salafí”, etc. sin explicación erudita escribiendo como propagandistas.
Mencionan el término “hawala” que significa “giro”, y podría ser postal, telegráfico o transferencia, como si únicamente fueran “sistemas tradicionales de transferencia de dinero” erróneamente, evidenciando que escriben sobre temas que no conocen suficientemente.
Continúa la creación de opinión sembrando la sensación de amenaza, presentando un posible riesgo como amenaza real. No dan ninguna explicación erudita y seria sobre el “yihadismo” ni lo “salafista”, colocando etiquetas por suposiciones y creando temores entre la población civil ante todo lo que tenga que ver con lo musulmán o islámico.
Titulares sensacionalistas, imágenes e historias que abundan en los estereotipos racistas que pesan sobre las personas de confesión islámica o uso incorrecto del lenguaje.
Comentarios
Publicar un comentario