15 de marzo: Día Internacional de Lucha contra la Islamofobia

Islam en Murcia - 15.03.23

Fuente: ONU

Una alumna se aferra a su libro de texto en la Escuela Comunitaria de Niñas de la aldea de refugiados de Kotchandana, en Pakistán. Las mujeres y niñas musulmanas pueden sufrir una triple discriminación por ser mujer, minoría étnica y musulmana. Foto: © ACNUR/Sara Farid

¿Qué es la islamofobia?

La islamofobia es el miedo, los prejuicios y el odio hacia los musulmanes que conduce a la provocación, la hostilidad y la intolerancia mediante amenazas, acoso, abuso, incitación e intimidación de musulmanes y no musulmanes, tanto en el mundo en línea como fuera de ella. Motivada por la hostilidad institucional, ideológica, política y religiosa, que trasciende al racismo estructural y cultural, la islamofobia se dirige contra los símbolos y rasgos distintivos de la condición de ser musulmán.

Esta definición hace hincapié en el vínculo entre los niveles institucionales de islamofobia y las manifestaciones de tales actitudes, desencadenadas por la visibilidad de la identidad musulmana percibida de la víctima. Este enfoque también interpreta la islamofobia como una forma de racismo, por la que la religión, la tradición y la cultura islámicas se consideran una "amenaza" para los valores occidentales.

Algunos expertos prefieren la etiqueta "odio antimusulmán", temiendo que el término "islamofobia" corra el riesgo de condenar todas las críticas al Islam y, por tanto, pueda reprimir la libertad de expresión. Pero la legislación internacional sobre derechos humanos protege a las personas, no a las religiones, y la islamofobia puede afectar también a los no musulmanes, basándose en percepciones de nacionalidad, raza o etnia.

Una epidemia de odio

Según un reciente informe del Relator Especial de la ONU sobre la libertad de religión o de creencias, la sospecha, la discriminación y el odio descarado hacia los musulmanes han alcanzado "proporciones epidémicas".   

Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y otros espantosos actos de terrorismo supuestamente perpetrados en nombre del Islam, la desconfianza institucionalizada contra los musulmanes y quienes son percibidos como tales ha crecido hasta alcanzar las proporciones de una epidemia. Numerosos Estados —y organismos regionales e internacionales— han respondido a los peligros en materia de seguridad adoptando medidas que afectan de forma desproporcionada a los musulmanes y los definen como de alto riesgo y susceptibles de radicalización. Al mismo tiempo, las difundidas representaciones negativas del Islam, y los estereotipos negativos y nocivos que presentan a los musulmanes y sus creencias y cultura como una amenaza han servido para perpetuar, validar y normalizar la discriminación, la hostilidad y la violencia contra las personas y comunidades musulmanas.

En los Estados donde son minoría, los musulmanes sufren a menudo discriminación en el acceso a bienes y servicios, en la búsqueda de empleo y en la educación. En algunos Estados se les niega la ciudadanía o la condición de inmigrantes legales debido a la percepción xenófoba de que los musulmanes representan amenazas para la seguridad nacional y el terrorismo. Las mujeres musulmanas son objeto de delitos de odio islamófobo de forma desproporcionada.


Los estudios demuestran que el número de delitos de odio islamófobos aumenta con frecuencia tras acontecimientos que escapan al control de la mayoría de los musulmanes, como los atentados terroristas y sus aniversarios. Estos acontecimientos desencadenantes ilustran cómo la islamofobia puede atribuir a todos los musulmanes la responsabilidad colectiva por las acciones de muy pocos o alimentarse de una retórica incendiaria.

Combatir la islamofobia

Muchos gobiernos han tomado medidas para combatir la islamofobia, como la promulgación de leyes contra los delitos de odio, y han adoptado medidas para prevenir y perseguir los delitos de odio, llevan a cabo campañas de sensibilización pública sobre los musulmanes y el Islam destinadas a disipar los mitos negativos y las ideas erróneas. 

Los 60 miembros de la Organización de Cooperación Islámica patrocinaron una resolución que designa el 15 de marzo como Día Internacional de la Lucha contra la Islamofobia. El documento subraya que el terrorismo y el extremismo violento no pueden ni deben asociarse a ninguna religión, nacionalidad, civilización o grupo étnico. Pide un diálogo mundial sobre la promoción de una cultura de tolerancia y paz, basada en el respeto de los derechos humanos y de la diversidad de religiones y creencias.

Con motivo del primer Día Internacional de Lucha contra la Islamofobia en 2021, el Secretario General de la ONU, António Guterres, señaló que la intolerancia antimusulmana forma parte de una tendencia más amplia de resurgimiento del etnonacionalismo, el neonazismo, la estigmatización y el discurso de odio contra poblaciones vulnerables, como musulmanes, judíos y algunas comunidades cristianas minoritarias, entre otras. "Como nos recuerda el Sagrado Corán: las naciones y las tribus fueron creadas para conocerse unas a otras. La diversidad es una riqueza, no una amenaza", añadió.

En respuesta a la alarmante tendencia al aumento del discurso de odio en todo el mundo, el Secretario General António Guterres puso en marcha la Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas contra el discurso de odio.

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