Islam en Murcia - 16.09.22
COMUNICADO DE ATIM (Asociación de Trabajadores Inmigrante Marroquíes)
"Una muerte más"
El lunes 12 de septiembre, una joven de África occidental murió de un balazo en el pecho perpetrado por uno de los miembros de las fuerzas de seguridad marroquíes que abrieron fuego contra un grupo de 35 personas que pretendía fletar una embarcación para venir a España.
Hasta ahí la noticia, que lo es porque Helena Maleno, de Caminando fronteras le ha dado difusión. Esta joven tenía nombre y apellidos, una familia detrás, amigos y una historia de sufrimiento que parecemos olvidar al recibir la noticia. Una muerte más, una tragedia que dentro de unos días quedará enterrada por otra. Para ATIM la crónica de una muerte anunciada. El fruto maduro, uno más, de una dinámica represiva fundamentada en que el fin justifica los medios. Un posicionamiento que quedó plenamente evidenciado en el momento en el que el PSOE se alineó con la derecha y los ultras para no investigar la actuación policial en la valla de Melilla del pasado mes de junio.
¿De verdad señores que el fin justifica los medios? Esa postura es propia de la Mafia y antes de los nazis. Ahora son ustedes quienes la respaldan. El problema, el primero, el más singular, es identificar cuál es el fin. Al parecer no lo tiene claro ni la UE. La extrema derecha utiliza una simplificación populista del mismo: impedir que lleguen más inmigrantes. Y lo repiten una y otra vez hasta qué algunos ciudadanos terminan por creerlo identificando en ellos todos los peligros para alimentar todos sus miedos. Al parecer nadie se atreve a decir lo que todos sabemos: que los inmigrantes no son el problema sino la solución.
Coraje -queremos ponerle nombre propio para que evitar que sea tan solo una circunstancia- era una joven fuerte, sin miedos, resuelta, capaz de tomar decisiones, de asumir riesgos, dispuesta a trabajar con todas sus fuerzas. Venía a ofrecernos esa disposición al trabajo, su impulso, su valor, su determinación, su energía... Sólo nos pedía la oportunidad de demostrar su valía y tenía un currículum esplendido: había sido capaz de cruzar media África, afrontando todos los peligros de semejante travesía. Deberíamos sentirnos honrados por habernos elegido una persona con semejante disposición, pero por contra, la recibimos a balazos.
Una bala, entre Akfhennir y Tarfaya, atravesó sus expectativas, sus sueños, su futuro, su esperanza de justicia, su lucha en defensa de su dignidad, de sus derechos, de los de todos. Su libertad, y la nuestra con ella, quedó truncada esa tarde a manos de un esbirro del estado marroquí. Un sicario del déspota terminó con su vida con la misma impunidad con la que sus compañeros acabaron con otras 40 personas unos días antes en la valla de Melilla.
¿Era necesaria una violencia tan desmedida contra un grupo de personas desarmadas? Todos sabemos que no. Sabemos que detrás de la orden de disparar está el desprecio a la vida humana del que da la orden y de quien la respalda. El mismo desprecio que siente el que contrata esbirros para hacer el trabajo sucio. El estado marroquí y su respectivo español, convertidos en los porteros macarras de Europa, nos denigran a todos los que creemos en la justicia, defendemos la solidaridad y rechazamos la violencia, mucho más si es gratuita por injustificada, innecesaria arrogante y fascista. Desde ATIM queremos manifestar de forma
inequívoca nuestro rechazo a este arquetipo mafioso de control de fronteras que está costando la vida a miles de personas y que mantiene un modelo de esclavitud encubierta.
15 de septiembre de 2022 equivalente a 17 de safar de 1444 Hijria
Junta directiva de ATIM
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