Fuente: La Verdad
El grupo mayoritario islamista marroquí Justicia y Caridad (JYC), ilegal pero tolerado, ha elegido hoy a Mohamed el Abadi, de 63 años de edad, como nuevo secretario general de la organización tras la muerte el pasado 14 de diciembre de su fundador y guía espiritual, Abdesalam Yasin.
El grupo mayoritario islamista marroquí Justicia y Caridad (JYC), ilegal pero tolerado, ha elegido hoy a Mohamed el Abadi, de 63 años de edad, como nuevo secretario general de la organización tras la muerte el pasado 14 de diciembre de su fundador y guía espiritual, Abdesalam Yasin.
En una rueda de prensa
celebrada hoy en la sede de JYC en Salé, ciudad vecina a Rabat,
Abdelkrim Alami, presidente del Consejo Consultivo -máxima instancia
decisiva del movimiento- anunció que se ha decidido mantener el nombre
de "guía supremo" de JYC al difunto Yasin.
Abadi, ex
profesor de ciencias islámicas considerado como uno de los grandes
representantes del ala educativo del movimiento, queda elegido por un
período de cinco años renovables.
Junto a él, el
Consejo Consultivo ha elegido a Fathalah Arsalán -que representa el ala
más política de la organización- como vicesecretario general del
movimiento, aunque los responsables no ofrecieron detalles sobre el modo
de elección o el porcentaje de votación para cada uno de los dos
candidatos.
Sobre esta nueva estructura del
movimiento, el profesor universitario de ciencias políticas, Abderahim
Manar Slimi, dijo a Efe que JYC ha conservado en esta nueva etapa los
dos polos del movimiento: el educativo y la tendencia hacia la
participación política, aunque con primacía del primero sobre el
segundo.
Slimi añadió que el grupo islamista ha
demostrado también ser una organización "fuerte e institucionalizada" y
que "Yasin permanecerá siendo una idea", contrariamente a las conjeturas
que auguraban el declive del movimiento con la muerte de su líder
carismático.
El nuevo secretario general de JYC, que
dedicó buena parte de su alocución a elogiar las virtudes del difunto
Yasin, hizo hincapié en las estructuras sólidas de la organización y
tranquilizó sobre el futuro de JYC, que según él "no está vinculado a la
persona, sino a un proyecto basado en las instituciones".
Abadi
insistió también en los tres pilares sobre los que fue fundada JYC: su
carácter pacífico, la no clandestinidad de sus actividades y su
independencia con respecto al extranjero.
En cuanto a
su transformación en un partido político, los responsables del
movimiento indicaron que es una decisión que no depende de ellos sino
más bien del Estado, y añadieron que no han formulado esta demanda al
saber de antemano la respuesta negativa de las autoridades.
Justicia
y Caridad fue fundado en 1981 y consiguió ser el movimiento islamista
más influyente en la escena política marroquí durante los años ochenta y
noventa, hasta que aparecieron en la última década otras tendencias
islamistas influyentes como el Partido Justicia y Desarrollo (PJD),
integrado en el sistema con total legalidad y que figura entre los
partidos más votados.
Por el lado contrario, está
también un salafismo mucho más apegado a la literalidad del Corán y
alejado de la tendencia sufí que siempre tuvo Yasín; este salafismo
marroquí, reprimido por los atentados de 2003 en Casablanca (que
llevaron a decenas de sus militantes a la cárcel), es cada vez más
visible en la calle, las mezquitas o las salas de conferencias, pero aún
no ha creado su partido político.
Justicia y
Caridad se sumó en 2011 al Movimiento contestatario juvenil 20 de
febrero, que integra a izquierdistas y apolíticos que reclaman recortar
los poderes de la monarquía y una mayor justicia social, y que durante
meses salieron juntos a las calles hasta que las protestas fueron
perdiendo apoyo popular.
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