Fuente: protestantedigital.com
Mounir Benjelloun Andaloussi, nuevo presidente de la Comisión Islámica en España. (Foto: Teresa Martín).
|
Mounir Benjelloun, inmigrante marroquí, es el nuevo presidente de la Comisión Islámica en España, que forma una junta directiva integrada por varios españoles conversos y cuya número 2 es una mujer.
19 DE NOVIEMBRE DE 2012, MADRID
La Comisión Islámica de España (CIE) celebró este domingo la reunión de su Comisión Permanente, en la que Mounir Benhelloun, marroquí de 42 años, fue elegido presidente. La Comisión es el órgano religioso que reagrupa al grueso de los 1,3 millones de musulmanes residentes en España.
El nombramiento de Benjelloun marca el fin de una etapa de disputa entre dos federaciones islámicas, una mayoritaria dirigida por Ryay Tatari, independiente de origen sirio y presidente saliente, y la minoritaria de Mohamed Hamed Ali, ceutí afín a Marruecos.
Benjelloun fue elegido por 13 de las 14 federaciones asistentes al congreso que se celebró en el Centro Cívico Rigoberta Menchú en Leganés (Madrid). Solo la federación capitaneada por Ryay Tatari votó en contra, como previamente se había también opuesto a la adopción de unos nuevos estatutos. Es posible que impugne el congreso.
Benjelloun preside una junta directiva de seis personas cuyo número dos es una mujer, la valenciana Amparo Sánchez Rosell, de 59 años, presidenta del Centro Cultural Islámico de Valencia. El secretario es también un español converso, Francisco Jiménez Jiménez, que dirige la Plataforma Islámica de las Islas Baleares.
El presidente de la CIE explicó a El País que espera trabajar “con todas las federaciones para poner en pie una comisión permanente de 36 miembros que será una especie de Parlamento de los musulmanes de España”. La tarea deberá de estar acabada en seis meses.
El murciano sabe que tendrá enfrente a la UCIDE de Tatary, que representa a las dos terceras partes de las mezquitas de España, pero según Benjelloun, “tiene sólo el 7% de peso, igual que el resto de federaciones”.
UN ISLAM “NACIONALIZADO”
En la década pasada, Benjelloun conquistó la Federación Islámica de la Región de Murcia, donde él reside, y de ahí dio el salto a la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), liderada por Mohamed Hamed Ali, un ceutí que aboga por la “descolonización” de su ciudad. Tras una larga pelea, en la que los partidarios de ambos llegaron a las manos en una reunión en Fuenlabrada (Madrid) en 2009, la justicia dio la razón a Benjelloun.
A diferencia de Mohamed Hamed Ali, que propugna la aplicación en España de un islam malekita, es decir marroquí, Benjelloun sostiene que es un “error importar el modelo de islam de un país determinado”. Defiende “instaurar un islam español en el que se sientan representados todos los musulmanes residentes en España cualquiera que sea su origen”.
Benjelloun obtuvo hace un par de años la nacionalidad española, pero el Ministerio de Justicia le puso algunas pegas para concedérsela. Argumentó que había desarrollado “actividades irregulares o radicalizados” (sic), algo que él desmiente tajantemente.
Justicia alegó que tenía vínculos con el movimiento islamista marroquí Justicia y Espiritualidad, “cuyo objetivo es la instauración en Marruecos de un régimen islámico”. Benjelloun asegura que él no pertenece a ese movimiento. Esta organización religiosa no violenta tiene una gran capacidad de movilización en Marruecos, pero no ha sido legalizada porque rechaza reconocer al rey Mohamed VI como comendador de los Creyentes, es decir, jefe espiritual de los musulmanes marroquíes.
El nombramiento de Benjelloun marca el fin de una etapa de disputa entre dos federaciones islámicas, una mayoritaria dirigida por Ryay Tatari, independiente de origen sirio y presidente saliente, y la minoritaria de Mohamed Hamed Ali, ceutí afín a Marruecos.
Benjelloun fue elegido por 13 de las 14 federaciones asistentes al congreso que se celebró en el Centro Cívico Rigoberta Menchú en Leganés (Madrid). Solo la federación capitaneada por Ryay Tatari votó en contra, como previamente se había también opuesto a la adopción de unos nuevos estatutos. Es posible que impugne el congreso.
Benjelloun preside una junta directiva de seis personas cuyo número dos es una mujer, la valenciana Amparo Sánchez Rosell, de 59 años, presidenta del Centro Cultural Islámico de Valencia. El secretario es también un español converso, Francisco Jiménez Jiménez, que dirige la Plataforma Islámica de las Islas Baleares.
El presidente de la CIE explicó a El País que espera trabajar “con todas las federaciones para poner en pie una comisión permanente de 36 miembros que será una especie de Parlamento de los musulmanes de España”. La tarea deberá de estar acabada en seis meses.
El murciano sabe que tendrá enfrente a la UCIDE de Tatary, que representa a las dos terceras partes de las mezquitas de España, pero según Benjelloun, “tiene sólo el 7% de peso, igual que el resto de federaciones”.
UN ISLAM “NACIONALIZADO”
En la década pasada, Benjelloun conquistó la Federación Islámica de la Región de Murcia, donde él reside, y de ahí dio el salto a la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), liderada por Mohamed Hamed Ali, un ceutí que aboga por la “descolonización” de su ciudad. Tras una larga pelea, en la que los partidarios de ambos llegaron a las manos en una reunión en Fuenlabrada (Madrid) en 2009, la justicia dio la razón a Benjelloun.
A diferencia de Mohamed Hamed Ali, que propugna la aplicación en España de un islam malekita, es decir marroquí, Benjelloun sostiene que es un “error importar el modelo de islam de un país determinado”. Defiende “instaurar un islam español en el que se sientan representados todos los musulmanes residentes en España cualquiera que sea su origen”.
Benjelloun obtuvo hace un par de años la nacionalidad española, pero el Ministerio de Justicia le puso algunas pegas para concedérsela. Argumentó que había desarrollado “actividades irregulares o radicalizados” (sic), algo que él desmiente tajantemente.
Justicia alegó que tenía vínculos con el movimiento islamista marroquí Justicia y Espiritualidad, “cuyo objetivo es la instauración en Marruecos de un régimen islámico”. Benjelloun asegura que él no pertenece a ese movimiento. Esta organización religiosa no violenta tiene una gran capacidad de movilización en Marruecos, pero no ha sido legalizada porque rechaza reconocer al rey Mohamed VI como comendador de los Creyentes, es decir, jefe espiritual de los musulmanes marroquíes.
Comentarios
Publicar un comentario