Fuente: elfarodigital.es 11.09.11
La pasada Musal-la terminó escenificando la división existente entre las dos entidades religiosas que existen en Ceuta. Por un lado la encarnada por la UCIDCE y por otro las protegidas bajo el paraguas de la FEERI, que son las minoritarias. Cabía esperar la interpretación que la prensa marroquí iba a dar a la dividida celebración, después de que, institucionalmente, contarán con la presencia del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y miembros del equipo de Gobierno.
Pues bien: la vinculación entre religión y política se ha plasmado en los artículos que ya publicitan los periodistas del lado vecino. El más claro ha sido el del periódico Al Alam, que llega a acusar a las autoridades políticas de forzar e incluso provocar esa división. “Las autoridades de ocupación de la ciudad ocupada de Ceuta siguen empleando la política del «divide y vencerás» entre los musulmanes de la ciudad ocupada apoyando a las asociaciones islámicas afines, especialmente al Grupo Invocación y Predicación... que recibe apoyo financiero del Partido Popular (PP) y que le ofrece anualmente una ayuda financiera importante como premio por el gran papel que desempeña a favor del PP en las elecciones locales”. Una acusación, ésta, que no pilla por sorpresa a la UCIDCE cuyo presidente, Laarbi Maateis, ya reconoce estar acostumbrado a recibir este tipo de acusaciones.
También hay acusaciones para el otro lado: el que representa la FEERI, de la que, recuerdan, “ha recibido” -en relación a Luna Blanca- “una ayuda financiera”, indica.
La vinculación que se hace, más allá de la frontera, de lo que sucede en el ámbito religioso y la acción política no deja de ser curiosa. Las afirmaciones son tajantes, no sólo en lo publicado por este diario, sino por la corriente de opinión generalizada que se hace en los demás medios. Sin tapujo alguno, se relaciona a la corriente de la FEERI con Marruecos y a la de la UCIDCE no con España sino en concreto con el PP de Ceuta.
“La ciudad ocupada de Ceuta vive desde hace varios años una intensa batalla entre dos facciones islámicas que compiten para hacerse con el control del campo religioso en la ciudad. Una pertenece a Marruecos y a la corriente sunní maliki y recibe consignas de la Delegación de Habices y Asuntos Islámicos de Castillejos y del Consejo de Ulemas local; la otra pertenece a las autoridades de ocupación españolas y es partidaria del pensamiento salafista”, publica el citado medio, que no deja, en momento alguno, de referirse a Ceuta como ciudad ocupada y, por ende, a sus autoridades de mandatarios de la ciudad ocupada.
En otros medios se alude al cierre de las mezquitas y a las acusaciones mutuas que se han producido entre ambas entidades. La aparición, en el rezo, de las autoridades ha llevado a que, mediáticamente, se haya terminado por politizar el asunto.
La pasada Musal-la terminó escenificando la división existente entre las dos entidades religiosas que existen en Ceuta. Por un lado la encarnada por la UCIDCE y por otro las protegidas bajo el paraguas de la FEERI, que son las minoritarias. Cabía esperar la interpretación que la prensa marroquí iba a dar a la dividida celebración, después de que, institucionalmente, contarán con la presencia del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y miembros del equipo de Gobierno.
Pues bien: la vinculación entre religión y política se ha plasmado en los artículos que ya publicitan los periodistas del lado vecino. El más claro ha sido el del periódico Al Alam, que llega a acusar a las autoridades políticas de forzar e incluso provocar esa división. “Las autoridades de ocupación de la ciudad ocupada de Ceuta siguen empleando la política del «divide y vencerás» entre los musulmanes de la ciudad ocupada apoyando a las asociaciones islámicas afines, especialmente al Grupo Invocación y Predicación... que recibe apoyo financiero del Partido Popular (PP) y que le ofrece anualmente una ayuda financiera importante como premio por el gran papel que desempeña a favor del PP en las elecciones locales”. Una acusación, ésta, que no pilla por sorpresa a la UCIDCE cuyo presidente, Laarbi Maateis, ya reconoce estar acostumbrado a recibir este tipo de acusaciones.
También hay acusaciones para el otro lado: el que representa la FEERI, de la que, recuerdan, “ha recibido” -en relación a Luna Blanca- “una ayuda financiera”, indica.
La vinculación que se hace, más allá de la frontera, de lo que sucede en el ámbito religioso y la acción política no deja de ser curiosa. Las afirmaciones son tajantes, no sólo en lo publicado por este diario, sino por la corriente de opinión generalizada que se hace en los demás medios. Sin tapujo alguno, se relaciona a la corriente de la FEERI con Marruecos y a la de la UCIDCE no con España sino en concreto con el PP de Ceuta.
“La ciudad ocupada de Ceuta vive desde hace varios años una intensa batalla entre dos facciones islámicas que compiten para hacerse con el control del campo religioso en la ciudad. Una pertenece a Marruecos y a la corriente sunní maliki y recibe consignas de la Delegación de Habices y Asuntos Islámicos de Castillejos y del Consejo de Ulemas local; la otra pertenece a las autoridades de ocupación españolas y es partidaria del pensamiento salafista”, publica el citado medio, que no deja, en momento alguno, de referirse a Ceuta como ciudad ocupada y, por ende, a sus autoridades de mandatarios de la ciudad ocupada.
En otros medios se alude al cierre de las mezquitas y a las acusaciones mutuas que se han producido entre ambas entidades. La aparición, en el rezo, de las autoridades ha llevado a que, mediáticamente, se haya terminado por politizar el asunto.
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