Fuente: laopiniondemurcia.es, 03.02.11
Después de vivir cuatro años en Jordania, más de tres en Túnez y de haber pasado largas temporadas en Argelia trabajando para la Comunidad Europea como consultor en programas de buen gobierno, Juan Enrique Nicolás es una voz autorizada para analizar la revolución de Egipto, país en el que reside desde septiembre.
¿Cómo se vive en El Cairo estos días?¿Hay inseguridad?
La situación es tensa, pero no de inseguridad y no tenemos miedo. Hace una semana, cuando la Policía se retiró y el ministerio de Interior organizó grupos que lideraron los saqueos, sí que hubo problemas, pero los vecinos se organizaron de una manera ejemplar en los barrios para dar seguridad y que los servicios básicos siguieran funcionando. Salvo en los lugares de las manifestaciones, el resto está tranquilo.
Hay quien tiene dudas de que esta revolución no sea realmente social y que pueda estar guiada por los Hermanos Musulmanes, el partido islamista.
No es así, y creo que tiene que quedar claro. Los que están acudiendo a las manifestaciones son familias con hijos, personas mayores y jóvenes. Los Hermanos Musulmanes son una parte de la sociedad, de hecho las encuestas dicen que el 20% de los egipcios les votarían en unas elecciones libres, pero ellos no manejan esto. Realmente ha sido un movimiento social muy grande y espontáneo.
Mubarak está aguantando, ¿cree que se desactivarán las protestas y que todo acabe en nada?
Hasta hoy (por ayer) las manifestaciones estaban llenas de familias, pero hoy ha habido contramanifestación en la misma plaza de la Liberación y ha habido enfrentamientos, así que dudo que las familias sigan acudiendo. Lo que habrá que ver es si los jóvenes siguen manifestándose. Yo creo que ha habido 300 muertos y que no van a dejar que esto acabe en nada. Estoy casi seguro de que esto terminará en un cambio político y la gente lo dice en la calle. La situación era insostenible, hablamos de un país en el que el 40% de la población sobrevive con un euro y medio al día y la riqueza se la reparte el 5%. Este es un país con pobreza extrema.
No parece que Mubarak tenga intención de irse.
Yo tengo muy claro que él no se irá como lo ha hecho Ben Alí en Túnez. Aquí en Egipto todos los líderes se han ido a lo largo de la historia de manera triunfal y su obsesión es negociar una transición con el Ejército. Hay elecciones previstas para septiembre y sería posible un adelanto.
Vivir algo así en primera persona debe ser una gran experiencia.
Ver cómo se ha generado el movimiento social ha sido algo realmente único; emociona ver cómo son capaces de organizarse para generar el cambio.
¿Hubiera sido posible sin el ejemplo de Túnez?
No. Aquí no había confianza en que pudieran derrocar al régimen, pero después de ver lo de Túnez todo ha sido más fácil. Si el cambio no fuera inmediato, seguirán las manifestaciones y al final llegará.
Después de vivir cuatro años en Jordania, más de tres en Túnez y de haber pasado largas temporadas en Argelia trabajando para la Comunidad Europea como consultor en programas de buen gobierno, Juan Enrique Nicolás es una voz autorizada para analizar la revolución de Egipto, país en el que reside desde septiembre.
¿Cómo se vive en El Cairo estos días?¿Hay inseguridad?
La situación es tensa, pero no de inseguridad y no tenemos miedo. Hace una semana, cuando la Policía se retiró y el ministerio de Interior organizó grupos que lideraron los saqueos, sí que hubo problemas, pero los vecinos se organizaron de una manera ejemplar en los barrios para dar seguridad y que los servicios básicos siguieran funcionando. Salvo en los lugares de las manifestaciones, el resto está tranquilo.
Hay quien tiene dudas de que esta revolución no sea realmente social y que pueda estar guiada por los Hermanos Musulmanes, el partido islamista.
No es así, y creo que tiene que quedar claro. Los que están acudiendo a las manifestaciones son familias con hijos, personas mayores y jóvenes. Los Hermanos Musulmanes son una parte de la sociedad, de hecho las encuestas dicen que el 20% de los egipcios les votarían en unas elecciones libres, pero ellos no manejan esto. Realmente ha sido un movimiento social muy grande y espontáneo.
Mubarak está aguantando, ¿cree que se desactivarán las protestas y que todo acabe en nada?
Hasta hoy (por ayer) las manifestaciones estaban llenas de familias, pero hoy ha habido contramanifestación en la misma plaza de la Liberación y ha habido enfrentamientos, así que dudo que las familias sigan acudiendo. Lo que habrá que ver es si los jóvenes siguen manifestándose. Yo creo que ha habido 300 muertos y que no van a dejar que esto acabe en nada. Estoy casi seguro de que esto terminará en un cambio político y la gente lo dice en la calle. La situación era insostenible, hablamos de un país en el que el 40% de la población sobrevive con un euro y medio al día y la riqueza se la reparte el 5%. Este es un país con pobreza extrema.
No parece que Mubarak tenga intención de irse.
Yo tengo muy claro que él no se irá como lo ha hecho Ben Alí en Túnez. Aquí en Egipto todos los líderes se han ido a lo largo de la historia de manera triunfal y su obsesión es negociar una transición con el Ejército. Hay elecciones previstas para septiembre y sería posible un adelanto.
Vivir algo así en primera persona debe ser una gran experiencia.
Ver cómo se ha generado el movimiento social ha sido algo realmente único; emociona ver cómo son capaces de organizarse para generar el cambio.
¿Hubiera sido posible sin el ejemplo de Túnez?
No. Aquí no había confianza en que pudieran derrocar al régimen, pero después de ver lo de Túnez todo ha sido más fácil. Si el cambio no fuera inmediato, seguirán las manifestaciones y al final llegará.
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