Fuente: laverdad.es (18/9/2010)
Empieza a convertirse en un mal bastante generalizado el que algunas personas, en sus relaciones con los medios de comunicación, se permiten el lujo de mentir, engañar o tratar de confundir, desde el convencimiento de que ello no sólo está justificado, sino que además les va a salir gratis.
El último ejemplo lo encontramos en la respuesta que uno de los socios de la discoteca antes llamada 'La Meca', Javier Hernández, ofreció este jueves a la pregunta de este periódico acerca de si el nombre elegido para 'rebautizar' el local era el de 'La Isla'. «En absoluto. Nada va a tener que ver con eso», afirmó. Algo sin importancia de no ser porque ayer se confirmó, por supuesto, que se llamará 'La Isla'.
Cabe destacar igualmente la actitud de algún líder religioso musulmán, que ayer señaló, poco más o menos, que eso de las amenazas contra la discoteca era poco menos que una exageración de los periodistas. Quien miente, engaña o trata de manipular a los medios de comunicación ha de ser consciente de que esa falta de respeto se dirige contra los lectores. Y ha de tener claro que si eso ocurre, como ha sido el caso, se dará cumplida noticia de ello.
Empieza a convertirse en un mal bastante generalizado el que algunas personas, en sus relaciones con los medios de comunicación, se permiten el lujo de mentir, engañar o tratar de confundir, desde el convencimiento de que ello no sólo está justificado, sino que además les va a salir gratis.
El último ejemplo lo encontramos en la respuesta que uno de los socios de la discoteca antes llamada 'La Meca', Javier Hernández, ofreció este jueves a la pregunta de este periódico acerca de si el nombre elegido para 'rebautizar' el local era el de 'La Isla'. «En absoluto. Nada va a tener que ver con eso», afirmó. Algo sin importancia de no ser porque ayer se confirmó, por supuesto, que se llamará 'La Isla'.
Cabe destacar igualmente la actitud de algún líder religioso musulmán, que ayer señaló, poco más o menos, que eso de las amenazas contra la discoteca era poco menos que una exageración de los periodistas. Quien miente, engaña o trata de manipular a los medios de comunicación ha de ser consciente de que esa falta de respeto se dirige contra los lectores. Y ha de tener claro que si eso ocurre, como ha sido el caso, se dará cumplida noticia de ello.
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