Españoles y musulmanes

Fuente: publico.es

JOSÉ MANUEL LÓPEZ RODRIGO
- Director de la fundación Pluralismo y Convivencia 15/06/2010

En los años previos a la firma de los Acuerdos de Cooperación (1992) surge la Comisión Islámica de España, que es el órgano de representación de los musulmanes de cara a la Administración. El contexto de su nacimiento es un islam cuantitativamente pequeño (que no superaba las 40 comunidades) e inserto en un proceso migratorio (la primera regularización importante es en 1991) que lo haría crecer y sobre cuya permanencia se desconocía, aunque se presuponía temporal. Los musulmanes en España eran una realidad pequeña y anexa.

Casi 30 años después nos encontramos en un contexto muy diferente. Por un lado, son más de un millón los musulmanes y casi 800 sus comunidades religiosas, si bien es cierto que este crecimiento no parece que vaya a mantener su progresión. Por otro lado, no son inmigrantes. Hablamos de muchos ciudadanos nacionalizados, de sus hijos que son españoles y de la comunidad conversa.

La realidad es que hay españoles que además son musulmanes, que son una minoría, pero que forman parte de la sociedad y tienen necesidades. Desde impartir clase de religión en la escuela pública hasta poder enterrarse según su creencia, todas incluidas en nuestros marcos normativos. Estas demandas deben ser atendidas por las administraciones, en especial la local y la autonómica, que en estos años se han desarrollado en un Estado cada vez más descentralizado y que ahora deben asumir la gestión de esta pluralidad.

La normalización que permite pasar de musulmanes en España a españoles y musulmanes pasa por la responsabilidad de las administraciones, porque la opinión pública lo asuma y porque los musulmanes se repiensen en el nuevo contexto. No como extranjeros, sino como ciudadanos españoles; facilitando la interlocución con las administraciones, e integrando a todas las nuevas comunidades que se han formado en estas décadas. Un cambio tan importante debería traer aparejado un cambio de sus propias estructuras, y así dar el primer paso en el camino de la normalización.

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