Justicia vincula a la Federación Islámica de la Región con una organización radical

La FIRM, que cuenta con 45 mezquitas en Murcia, reconoce un nexo «estrictamente espiritual» con Justicia y Caridad

Fuente: laverdad.es 06/05/10

Mounir Benjelloun (en la imagen), vicepresidente de la Federación Islámica de la Región de Murcia (FIRM), está «vinculado» a asociaciones radicales. Así se desprende del documento en el que el Ministerio de Justicia le deniega la nacionalidad española. «Aparece vinculado a asociaciones, grupos o movimientos conocidos por sus actividades irregulares o radicalizados, en sus programas y procedimientos, desde el punto de vista político, religioso...», dicta la resolución provisional. El texto, sin embargo, no se queda ahí. Asegura que la federación que Benjelloun encabeza está vinculada al grupo fundamentalista -aunque en principio no violento- Justicia y Caridad. Un extremo que la propia organización no niega.
«Puede ser que la Federación adopte el pensamiento de Justicia y Caridad pero únicamente en el tema espiritual», reconoció ayer en declaraciones a 'La Verdad' Abderahim Nachit, secretario y portavoz de la FIRM. «Compartimos con ese movimiento su forma de adorar a Dios. Una forma que se ha modificado para que se adapte a la realidad actual. Sólo eso».

Nachit defendió ayer que la vinculación con Justicia y Caridad no debería ser motivo para denegarle la nacionalidad española a su compañero de federación ni a ningún otro musulmán. «No hay motivos para eso», sostuvo. Justicia, sin embargo, argumenta en su resolución -que deja la puerta abierta a las alegaciones de Benjelloun- que este movimiento tiene como «objetivo fundamental la instauración en Marruecos de un régimen islámico regido únicamente por la Ley Islámica»(o Sharia) y sostiene, por lo tanto, que es motivo suficiente para denegarle la nacionalidad a Benjelloun. 'La Verdad' trató ayer sin éxito de ponerse en contacto con el vicepresidente de esta federación islámica.

«Riesgo de radicalización»

El Ministerio argumenta su decisión explicando en el texto que «la expansión del mensaje radical de Justicia y Caridad entre el colectivo musulmán residente en España supone un riesgo de radicalización de estas comunidades y dificulta la integración de los musulmanes en la sociedad española».

La FIRM controla actualmente 45 de las 120 mezquitas que, se calcula, existen en la Región de Murcia. El cómputo de musulmanes que rezan en ellas es prácticamente imposible. «Algunas son muy grandes y acude mucha gente, pero otras están alojadas en pisos y las utilizan muy pocos», reconoce el portavoz de la federación. El secretario de la Unión de Comunidades Islámicas (Ucide) en la Región reconoció, en una entrevista concedida a 'La Verdad', que existían «4 o 5 mezquitas radicales» en la Región, aunque «no de forma declarada».

«Queremos integrarnos»
Nachit negó ayer que en su cerca de medio centenar de mezquitas se divulgue un mensaje radical y recalcó que su federación tiene como objetivo fundamental «facilitar la integración de la mezquita y de la persona en la sociedad española».
Algunas informaciones periodísticas ya apuntaron hace años a un posible 'reclutamiento' de musulmanes en la zona de Murcia por parte de Justicia y Caridad. Los tentáculos de esta organización, la más influyente y ortodoxa de Marruecos, se podrían extender también, según fuentes ligadas a su investigación, por las provincias de Alicante y Almería. Al parecer, Rabat ya podría haber manifestado a España su preocupación por este tema.
La vinculación de estos musulmanes con Justicia y Caridad no implica, sin embargo, un peligro directo para España. Este movimiento es, en principio, pacífico y no alienta el terrorismo como un modo para conseguir sus fines. No obstante, algunas fuentes consultadas por el diario Abc, no descartan que entre sus objetivos últimos se encuentre la reivindicación de Al Andalus. Una meta que este grupo no ha reconocido, al menos públicamente.
El 'reclutamiento' que, al parecer, está llevando a cabo en España podría tener, según algunas informaciones, motivaciones simplemente económicas y de mano de obra. Todo ello, con el supuesto objetivo de apoyar su fin último: una subvelación pacífica en Marruecos para hacer respetar en su país su visión de la religión islámica.
Sea como fuere, lo cierto es que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ejercen una fuerte vigilancia ante la actividad que se desarrolla en las mezquitas de la Región. El pasado mes de febrero, un presunto caso de abuso sexuales a menores por parte del imán de una mezquita de El Algar terminó destapando la presencia de un espía del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) -el propio sospechoso- en la Región. Amin B., un docente musulmán de 47 años, fue captado tras los atentados del 11-M en Madrid. Según confirmaron a 'La Verdad' fuentes contrastadas de los servicios de inteligencia, ha prestado al CNI relevantes servicios, relacionados fundamentalmente con la identificación y control de fieles musulmanes que se habrían significado por su interpretación radical de las enseñanzas del Islam y por sus proclamas en favor de la Yihad (guerra santa).

El pasado verano, alguna tecla se movió en los despachos del CNI y Amin B. recibió el encargo de trasladarse a la Región. Encontró refugio en la mezquita de El Algar, que pertenece a Ucide y comenzó a infiltrarse entre los musulmanes de la Comunidad como uno más. Uno más hasta que dieron la alerta algunos de los padres de las niñas que acudían a la mezquita de la diputación cartagenera. Lo hicieron a sus propias autoridades religiosas y éstas se encargaron de que abandonara a toda prisa la localidad. Días después, el propio CNI localizó al 'agente' en su país y lo instó a entregarse a la justicia española. Su objetivo, aunque finalmente terminó desviándose del camino, no era otro que controlar qué se está moviendo en las mezquitas murcianas.


Un movimiento no legal, pero sí tolerado
El movimiento marroquí Justicia y Caridad (o Al Adl ua al Ihsan) fue fundado en 1983 -aunque este nombre lo tiene desde 1987 - por Abdesalam Yasín y está liderado ahora por su hija Nadia, que ha visitado España en diversas ocasiones. Esta organización no está legalizada en Marruecos, pero sí ampliamente tolerada.
Con un amplio apoyo entre los sectores más pobres y la Universidad, Justicia y Caridad se ha negado siempre a reconocer la legitimidad religiosa del rey de Marruecos como «Príncipe de los Creyentes». De ahí que, como explica el Ministerio de Justicia en su resolución, este grupo persiga como fin último «la instauración en este país de un régimen islámico regido únicamente por la Ley Islámica o Sharia».
Este movimiento es, en principio, pacífico y no alienta el terrorismo como un modo para conseguir sus fines. No obstante, el Ministerio de Justicia considera, en su resolución, que «la expansión del mensaje radical de Justicia y Caridad entre el colectivo musulmán residente en España supone un riesgo de radicalización de estas comunidades y dificulta la integración de los musulmanes en la sociedad española».
Justicia y Caridad tiene también, al parecer, algún miembro dentro de la cúpula de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas de España (FEERI). Mounir Benjelloun, vicepresidente de la Federación Islámica de la Región (FIRM), ha optado, incluso, a la presidencia de este órgano estatal.
Benjelloun participó el pasado año en unas jornadas en Murcia de formación de imanes. «El objetivo último», explicó, «es construir un Islam occidental dotado de un discurso moderado compatible con la Constitución y la democracia europea».

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