NAJUA; CARTA ABIERTA A QUIEN CORRESPONDA

Desde que hace, aproximadamente, unas dos semanas saliera a la luz pública la decisión del Centro de Educación Camilo Jose Cela de la localidad de Pozuelo, de impedir el acceso a las aulas a la menor Najua Malha, se han visto y vivido opiniones tediosas por lo recurrentes, y sorprendentes en los más de los casos. Desde un cúmulo de corifeos que han repetido hasta la saciedad lo que todos ya sabemos y otros parecen ignorar, hasta el llamamiento a la calle enarbolando lemas y consignas que presumimos inútiles, a juzgar por los resultados. Prepárense aquellos para la barricada porque el asunto parece que va a dar para mucho, con esta admonición no hacemos un llamamiento a la desobediencia, ni a la insumisión de verdad que no es este el estilo, lo decimos en un tono socarrón e irónico, porque vendrán nuevas Najuas, que con su adolescencia idealista, tomaran sin duda el relevo de hincar el vuelo, esperemos que al emular a Icaro, no tengan tan aciago final.

El debate que se ha plantado ha entrado en la fase que marcaron los iniciadores, han conseguido justo aquello que preconizaban, homologar también el debate en España hacia lo que esta ocurriendo en algunos otros países del entorno. Observase que, incluso aquellos que defienden su uso, lo han planteado en un contexto de tibieza, que llama cuando menos la atención del observador, al menos medianamente avisado. Hemos asistido a distintos frentes de debate, con unos argumentos, recurrentes, manidos y de sobra conocidos.

Se ha hablado de igualdad, se han establecido comparaciones con otras confesiones cuyas profesos portan un determinado hábito, etc., etc.; esto con todos los respetos, es decir más de lo mismo. En nuestra opinión lo que subyace es el debate del estado laico, por eso decíamos unas líneas antes, que incluso que aquellos que no se oponían lo veían con tibieza. Vayamos al fondo del asunto.

Hoy el modelo es el laicismo, y hay que pasar del estadio aconfesional al estado laico, pero ¿como?. Esta es la vía, abriendo el debate que propugnan algunos, legislando ya dicen otros, que sin duda nos llevará a la solución mágica que es el laicismo. España en la Constitución se define como un estado aconfesional, esto significa, que es una entidad política que no depende de ninguna confesión como verdad de estado, a diferencia del régimen anterior en el que el gobernante lo era por la gracia de Dios, pues menuda gracia nos hizo. Sin duda fue una solución de compromiso, se quiso dejar a un lado la dependencia de la Iglesia Católica, aunque reconociendo que la católica era la mayoritaria entre los españoles, lo que es indiscutible por cultura y tradición.

Pero este modelo se esta viendo como insuficiente y se quiere dar un paso más abriendo un debate cuya asignatura, si no quedó pendiente en la Constitución, al menos no se vio como decisivo en aquella época, hace mas de treinta años. Lo que valió en aquel momento, hoy ya no vale, lo que fue pacífico, hoy ya no lo es, y para abrir este debate hay que tener una buena causa, y sin duda la causa está servida y al gusto del poder.

El laicismo es el argumento perfecto para intervenir y desintervenir a la carta. Ello nos permite ser políticamente correctos a tenor del momento y sus conveniencias. Cuando este problema se plantea por primera vez en el año 2002, con la niña del escorial, nadie planteó un debate de las dimensiones que el vivido en los últimos días, y lo preocupante del caso es que quien tiene responsabilidades de gobierno sobre el caso no haya dicho nada, con un mutismo que no se nos alcanza comprender. Ni el defensor del menor, ni el Defensor del Pueblo, ni la Fiscalia, Ni el Ministerio de Justicia, en este caso la Direccion general de Relaciones con las Confesiones ha adoptado un posicionamiento del que al menos quepa albergar esperanzas para un futuro en casos como este. Y no digamos nada ya del gobierno regional, que han dicho que no va a sancionar la decisión de los dos colegios públicos. Pero hacia donde vamos. O es que se trata de un aviso a navegantes, a modo de disuasión hacia aquellos que deciden abrazar el Islam y sus señas de identidad como compromiso vital.

Saque cada uno sus consecuencias, por eso hablábamos al principio de carta abierta. Una carta que nos ha escrito desde su corazón la adolescente Najua. Saque cada uno su conclusión ante el silencio del los que debieron hablar, posicionarse y no lo hicieron. Los silencios son, las más de las veces elocuentes. El debate a mi juicio no tiene objeto judicializarlo, ni tampoco la protesta callejera, posiblemente alguien quiere esto, pero no seamos ingenuos no vayamos por la senda de las decisiones simplistas del si o del no.

Los musulmanes tenemos mucho que decir y hacer en nuestra época. El Islam tiene un mensaje intemporal válido para todas las épocas y culturas y civilizaciones. Aportemos a las sociedades esa riqueza de valores del Islam; este es el verdadero debate. Posiblemente estemos ante una transición y como todas requiere el debate, la reflexión, y por supuesto la construcción de una sociedad justa y para todos.

Antonio García Petite

Abogado

Pte. AEPRODMUS.

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