Fuente: elmundo.es 29/04/10
Ana Del Barrio. Madrid.
Ana Del Barrio. Madrid.
Es miércoles y la mezquita está desierta. No hay ni un alma en el centro islámico An-nur de Torrejón de Ardoz, una de las 87 mezquitas registradas en Madrid.
En la puerta del local, un letrero alerta de que no se formen corrillos a la entrada para no molestar a los vecinos, especialmente los viernes, día de la oración para los musulmanes. Naser Laroussi dirige el rezo en esta mezquita cuando no está el imam principal. Como cada mañana abre las puertas del local, organiza las clases de árabe y resuelve las dudas de los fieles.
A diferencia de la religión católica, en el islam no hay una estructura piramidal sino que cada mezquita funciona de manera independiente y cualquiera puede ser un imam. Los requisitos para la persona que dirige el rezo son conocer el árabe y haber memorizado el Corán. En contraste con los sacerdotes, los imames se pueden casar y pocos tienen dedicación exclusiva. De hecho, Naser bromea con que trabaja en "la empresa de Zapatero", es decir, se encuentra "en el paro".
"El imam además de rezar, da charlas, orienta a la gente, explica lo que es el islam y ayuda a los niños a memorizar el Corán. Ésa es la labor del imam y la de cualquier musulmán. Llevar el islam a los demás es una responsabilidad de todo musulmán", explica Naser, procedente de Larache, en Marruecos.
Llegó hace ocho años a España y domina el castellano, no como otros imames que han venido desde el extranjero y no hablan ni una palabra del idioma: "Lo primero que tiene que hacer un imam es estudiar el castellano para comunicarse con la gente y conocer la sociedad que tenemos aquí. La realidad de Arabia Saudí o de Marruecos no es la misma que la de España. No puede quedarse aislado del exterior".
La charla transcurre dentro de la mezquita, donde un moderno panel electrónico anuncia los horarios de las cinco oraciones, que varían cada día en función de la posición del Sol. Durante la conversación sale a relucir el caso de Najwa Malha, la joven a la que se prohibió ir con hiyab a un colegio de Pozuelo, aunque ya ha sido readmitida en otro centro. Naser defiende su derecho a llevar el velo islámico porque, a su juicio, lo importante no es la ropa, sino el carácter de la estudiante.
"Yo le pregunto al director del colegio: ¿Qué le parece mejor. Qué tengamos una chica con el hiyab, bien educada y con buen carácter o una chica sin el velo, pero rebelde? Creo que las desventajas de prohibirlo son mayores. Tienen que dejarla estudiar con el hiyab, porque así lo manda el islam cuando la mujer llega a la edad adulta", declara.
Y entramos en uno de los temas más espinosos: la situación de la mujer en el islam. Naser niega que esté discriminada en la religión musulmana, sino todo lo contrario: "En el islam la mujer tiene más derechos que el hombre", asevera convencido ante la sorpresa de los presentes.
"El profeta dice: ‘Quién merece tu mejor tratamiento: tu madre. Quién más: tu madre; quién más: tu madre y quién más: tu padre’. Tres veces la mujer y luego el hombre", comenta. Y prosigue con sus argumentos: "En el islam el hombre tiene la obligación de mantener a la familia. Nosotros respetamos mucho a nuestras mujeres. Si estoy casado y mi mujer está en Marruecos, la respeto esté o no esté. Aquí en Europa veo a mucha gente que está casada y el fin de semana se va a tal sitio. ¿Eso es respetar a la mujer?".
Desde su humilde local en Torrejón, Naser se queja de la escasez de mezquitas y de que construir una se haya convertido en una carrera de obstáculos. Y reclama el derecho de los musulmanes a poder rezar y a practicar sus fiestas religiosas.
En la puerta del local, un letrero alerta de que no se formen corrillos a la entrada para no molestar a los vecinos, especialmente los viernes, día de la oración para los musulmanes. Naser Laroussi dirige el rezo en esta mezquita cuando no está el imam principal. Como cada mañana abre las puertas del local, organiza las clases de árabe y resuelve las dudas de los fieles.
A diferencia de la religión católica, en el islam no hay una estructura piramidal sino que cada mezquita funciona de manera independiente y cualquiera puede ser un imam. Los requisitos para la persona que dirige el rezo son conocer el árabe y haber memorizado el Corán. En contraste con los sacerdotes, los imames se pueden casar y pocos tienen dedicación exclusiva. De hecho, Naser bromea con que trabaja en "la empresa de Zapatero", es decir, se encuentra "en el paro".
"El imam además de rezar, da charlas, orienta a la gente, explica lo que es el islam y ayuda a los niños a memorizar el Corán. Ésa es la labor del imam y la de cualquier musulmán. Llevar el islam a los demás es una responsabilidad de todo musulmán", explica Naser, procedente de Larache, en Marruecos.
Llegó hace ocho años a España y domina el castellano, no como otros imames que han venido desde el extranjero y no hablan ni una palabra del idioma: "Lo primero que tiene que hacer un imam es estudiar el castellano para comunicarse con la gente y conocer la sociedad que tenemos aquí. La realidad de Arabia Saudí o de Marruecos no es la misma que la de España. No puede quedarse aislado del exterior".
La charla transcurre dentro de la mezquita, donde un moderno panel electrónico anuncia los horarios de las cinco oraciones, que varían cada día en función de la posición del Sol. Durante la conversación sale a relucir el caso de Najwa Malha, la joven a la que se prohibió ir con hiyab a un colegio de Pozuelo, aunque ya ha sido readmitida en otro centro. Naser defiende su derecho a llevar el velo islámico porque, a su juicio, lo importante no es la ropa, sino el carácter de la estudiante.
"Yo le pregunto al director del colegio: ¿Qué le parece mejor. Qué tengamos una chica con el hiyab, bien educada y con buen carácter o una chica sin el velo, pero rebelde? Creo que las desventajas de prohibirlo son mayores. Tienen que dejarla estudiar con el hiyab, porque así lo manda el islam cuando la mujer llega a la edad adulta", declara.
Y entramos en uno de los temas más espinosos: la situación de la mujer en el islam. Naser niega que esté discriminada en la religión musulmana, sino todo lo contrario: "En el islam la mujer tiene más derechos que el hombre", asevera convencido ante la sorpresa de los presentes.
"El profeta dice: ‘Quién merece tu mejor tratamiento: tu madre. Quién más: tu madre; quién más: tu madre y quién más: tu padre’. Tres veces la mujer y luego el hombre", comenta. Y prosigue con sus argumentos: "En el islam el hombre tiene la obligación de mantener a la familia. Nosotros respetamos mucho a nuestras mujeres. Si estoy casado y mi mujer está en Marruecos, la respeto esté o no esté. Aquí en Europa veo a mucha gente que está casada y el fin de semana se va a tal sitio. ¿Eso es respetar a la mujer?".
Desde su humilde local en Torrejón, Naser se queja de la escasez de mezquitas y de que construir una se haya convertido en una carrera de obstáculos. Y reclama el derecho de los musulmanes a poder rezar y a practicar sus fiestas religiosas.
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