Fuente: La Verdad (15/1/2010)
El río de firmas -exactamente 1.898- presentado por los vecinos contra la instalación de una nueva mezquita en el municipio está dejando tras de sí un caudal rico en declaraciones y acusaciones entre políticos, vecinos y la comunidad islámica, que lucha por obtener una licencia de apertura para un local -Centro Cultural Islámico según su definición- ajustado a las necesidades de espacio que precisan para orar a Alá y celebrar su culto.
El último en saltar a la palestra ha sido el alcalde, Roberto García, en respuesta al PP, que presentó el miércoles las firmas presentadas en el registro municipal. García matizó ayer «no se ha presentado con un escrito independiente las firmas que la supuesta plataforma ciudadana recogía por los establecimientos. Yo no negué las firmas de las comunidades de vecinos colindantes; hay que diferenciar», afirmó.
Al margen de malos entendidos el primer edil ha explicado que el expediente administrativo «sigue su curso legal y con fecha 28 de diciembre se le ha dado traslado al imán local e impulsor del proyecto de que se han encontrado doce deficiencias en el local».
La comunidad islámica trabaja desde el pasado día 29 a contrarreloj, ya que cuenta con 15 días hábiles para subsanar estos inconvenientes. El plazo para solucionarlos y presentar la memoria del proyecto expira el 20 de enero.
Tres meses de caducidad
En caso de no llegar a tiempo el Ayuntamiento iniciaría «el cómputo del plazo de tres meses de caducidad del expediente, obligando a archivar todo lo tramitado hasta el momento y no tendrían derecho a licencia», según explicaba el alcalde. Cosa que parece no ocurrirá, ya que el imán, Bagdad Herrize, explicó ayer que «el ingeniero encargado del proyecto está en ello, y entre hoy y mañana terminará la memoria para entregarla en el Ayuntamiento; son solamente pegas».
El río de firmas -exactamente 1.898- presentado por los vecinos contra la instalación de una nueva mezquita en el municipio está dejando tras de sí un caudal rico en declaraciones y acusaciones entre políticos, vecinos y la comunidad islámica, que lucha por obtener una licencia de apertura para un local -Centro Cultural Islámico según su definición- ajustado a las necesidades de espacio que precisan para orar a Alá y celebrar su culto.
El último en saltar a la palestra ha sido el alcalde, Roberto García, en respuesta al PP, que presentó el miércoles las firmas presentadas en el registro municipal. García matizó ayer «no se ha presentado con un escrito independiente las firmas que la supuesta plataforma ciudadana recogía por los establecimientos. Yo no negué las firmas de las comunidades de vecinos colindantes; hay que diferenciar», afirmó.
Al margen de malos entendidos el primer edil ha explicado que el expediente administrativo «sigue su curso legal y con fecha 28 de diciembre se le ha dado traslado al imán local e impulsor del proyecto de que se han encontrado doce deficiencias en el local».
La comunidad islámica trabaja desde el pasado día 29 a contrarreloj, ya que cuenta con 15 días hábiles para subsanar estos inconvenientes. El plazo para solucionarlos y presentar la memoria del proyecto expira el 20 de enero.
Tres meses de caducidad
En caso de no llegar a tiempo el Ayuntamiento iniciaría «el cómputo del plazo de tres meses de caducidad del expediente, obligando a archivar todo lo tramitado hasta el momento y no tendrían derecho a licencia», según explicaba el alcalde. Cosa que parece no ocurrirá, ya que el imán, Bagdad Herrize, explicó ayer que «el ingeniero encargado del proyecto está en ello, y entre hoy y mañana terminará la memoria para entregarla en el Ayuntamiento; son solamente pegas».
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