Fuente: El Faro (21/9/2009)Religión v miles de musulmanes se reunieron ayer en el pabellón del barrio Infante para celebrar el fin del Ramadán en su tradicional fiesta familiar, de perdón y de convivencia, en donde el imán animó a cuidar a las mujeres.
Era el primer desayuno con el sol en lo alto, la primera comida a mediodía. Después de casi un mes de ayuno y sin poder comer en horas de sol, ayer fue un día de fiestas, de convivencia, de fe, de respeto, de perdón.
Así vivieron miles de musulmanes el fin del Ramadán, ese mes de ayuno y sufrimiento que cada año deben pasar para expiar los pecados, para saber, de primera mano, cuáles son los sufrimientos por los que pasan los necesitados.
Después de este mes de ayuno y ayuda a los más necesitados, ayer fue el gran día que ponía fin a este mes.
Miles de musulmanes se dieron cita en el pabellón del Infante para rezar, abrazar y besar a la familia, amigos y también para pedir perdón a aquellos con los que se ha tenido algún problema. Pero antes, un merecido desayuno con productos típicos y muy dulces despertaban a los que todavía dormían.
Las tiendas de los barrios donde se asientan estaban cerrados. Se habían pedido el día libre para rezar y compartir con los suyos este día especial. Era el momento de lucir las mejores galas, pintándose de gena las manos y brazos. Y es que era un día de fiesta.
Según indicó Yahya Zarhouni, periodista y mediador cultural, los niños reciben regalos, sobre todo ropa, como si fueran los Reyes Magos de los católicos, y se acercan todos en familia hasta la mezquita para rezar.
Zarhouni informó también de que en algunos países como Turquía o Jordania se les ha prohibido a los musulmanes felicitarse con los cuatro besos tradicionales, para así evitar los contagios de la gripe A. En España no es el caso y, por tanto, uno de los gestos más repetidos eran los abrazos y los besos entre hombres y también entre las mujeres.
El imán que ofició este acto recordó los consejos del profeta Mahoma de amarse los unos a los otros, de perdonarse, de seguir viviendo ayudando a los necesitados, pero también hizo hincapié en la importancia de cuidar a las mujeres, pues “son ellas las que crean una sociedad, son las madres, hijas, hermanas que son importantes para esto”, apuntó Abdelhadi Elkaidi, de la Comunidad Islámica.
Después, cada uno se fue a su casa, pero no sin antes visitar a los amigos y familiares para felicitarles en este gran día.
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