Fuente: La Verdad (20/12/2007)
La Fiesta del cordero se inició ayer para miles de musulmanes que viven en la Región. Durante tres días, hasta mañana, viernes, se sacrificarán cientos de corderos por el rito que manda la religión musulmana. Con esta fiesta se da por concluido el Ramadán y el peregrinaje a La Meca.
Ayer, más de medio millar de musulmanes que residen en Lorca se reunieron en uno de los pabellones del Recinto Ferial de Santa Quiteria para orar poco antes de la salida del sol. Este lugar se convirtió en una improvisada mezquita a la que, sin embargo, no pudieron acudir muchos por tratarse de un día laboral y encontrarse en las explotaciones agrícolas, que están a pleno rendimiento en estas fechas.
De madrugada ya comenzaron a verse los primeros musulmanes que se acercaban hasta el recinto ferial casi en procesión, pues por la zona de las alamedas se podían contabilizar por decenas los que acudían con su alfombra bajo el brazo para cumplir con uno de sus ritos más importantes de todo el año.
La Fiesta del cordero se celebra de forma multitudinaria. En las poblaciones en las que hay más de una mezquita, el primer día de esta celebración, que se conmemora durante tres jornadas, se lleva a cabo en un lugar principal, en esta ocasión ha sido en el Recinto Ferial de Santa Quiteria. Allí se ora hasta la salida del sol. Más tarde, el imán de la ciudad se dirige a todos con un discurso en el que se recuerda la conmemoración, se llama al perdón y a olvidar el rencor.
Un rito a cumplir por los varones
Los musulmanes tienen la obligación de ir, al menos, una vez en su vida a La Meca. A ese lugar sagrado deben acudir limpios de pecados, esto es, cumpliendo todos los preceptos que se marcan en el Corán, acudir en paz con todos, después de haber saldado sus disputas y deudas.
Pero éste no es el único rito que deben cumplir a lo largo de su vida. Si el musulmán es varón, también deberá satisfacer, al menos en una ocasión, el rito del sacrificio del cordero. Este deberá realizarse mirando a La Meca.
Estos días se sacrificarán cientos de corderos en las casas de los musulmanes. Dos terceras partes de ellos irán a parar a los pobres, y el resto, un tercio, lo consumirá la familia. Lo hará de forma similar a como se realizan las matanzas en nuestra región.
Lo primero que se come son los callos del animal. Se reservará carne, que se sazonará para los pinchitos que se consumirán en los días venideros, y se llevarán a cabo embutidos. Todos lucirán sus mejores galas, chilabas y caftán e intercambiarán regalos.
La Fiesta del cordero se inició ayer para miles de musulmanes que viven en la Región. Durante tres días, hasta mañana, viernes, se sacrificarán cientos de corderos por el rito que manda la religión musulmana. Con esta fiesta se da por concluido el Ramadán y el peregrinaje a La Meca.
Ayer, más de medio millar de musulmanes que residen en Lorca se reunieron en uno de los pabellones del Recinto Ferial de Santa Quiteria para orar poco antes de la salida del sol. Este lugar se convirtió en una improvisada mezquita a la que, sin embargo, no pudieron acudir muchos por tratarse de un día laboral y encontrarse en las explotaciones agrícolas, que están a pleno rendimiento en estas fechas.
De madrugada ya comenzaron a verse los primeros musulmanes que se acercaban hasta el recinto ferial casi en procesión, pues por la zona de las alamedas se podían contabilizar por decenas los que acudían con su alfombra bajo el brazo para cumplir con uno de sus ritos más importantes de todo el año.
La Fiesta del cordero se celebra de forma multitudinaria. En las poblaciones en las que hay más de una mezquita, el primer día de esta celebración, que se conmemora durante tres jornadas, se lleva a cabo en un lugar principal, en esta ocasión ha sido en el Recinto Ferial de Santa Quiteria. Allí se ora hasta la salida del sol. Más tarde, el imán de la ciudad se dirige a todos con un discurso en el que se recuerda la conmemoración, se llama al perdón y a olvidar el rencor.
Un rito a cumplir por los varones
Los musulmanes tienen la obligación de ir, al menos, una vez en su vida a La Meca. A ese lugar sagrado deben acudir limpios de pecados, esto es, cumpliendo todos los preceptos que se marcan en el Corán, acudir en paz con todos, después de haber saldado sus disputas y deudas.
Pero éste no es el único rito que deben cumplir a lo largo de su vida. Si el musulmán es varón, también deberá satisfacer, al menos en una ocasión, el rito del sacrificio del cordero. Este deberá realizarse mirando a La Meca.
Estos días se sacrificarán cientos de corderos en las casas de los musulmanes. Dos terceras partes de ellos irán a parar a los pobres, y el resto, un tercio, lo consumirá la familia. Lo hará de forma similar a como se realizan las matanzas en nuestra región.
Lo primero que se come son los callos del animal. Se reservará carne, que se sazonará para los pinchitos que se consumirán en los días venideros, y se llevarán a cabo embutidos. Todos lucirán sus mejores galas, chilabas y caftán e intercambiarán regalos.
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