Fuente: La Verdad (1/3/2008)
«¿Fanatismo? Hay fanatismo en el fútbol, en el sexo... en todo hay fanatismo», decía ayer entre risas en la residencia de turismo activo Arbolar uno de los asistentes a las jornadas de la Federación Islámica de la Región de Murcia (FIRM).
Una veintena de hombres (uno con un niño, en apariencia su hijo), la mayoría con vestimentas árabes, escuchaban atentos las explicaciones de los organizadores. De fondo, tras unos ventanales, se veía la calma del Mar Menor, con unos botes amarrados muy cerca de la orilla y unos guiris ingleses correteando por la arena con un perro y una cometa. Dos mundos separados por un cristal.
Antes invitar a los informadores a té y dulces típicos árabes, el presidente de la FIRM, Mbarek Demouche (considerado líder de Justicia y Espiritualidad en Alicante), expuso los problemas para que se imparta Islam en los colegios y haya nuevas mezquitas.
La serenidad de Mbarek contrastó con la dureza de Brahim Roubi, quien rechaza que los inmigrantes deban hacer un esfuerzo de adaptación: «Los musulmanes no debemos adaptarnos a nada, sino integrarnos. Nosotros no tenemos por qué adaptarnos a las costumbres españolas. Estamos sometidos a las mismas leyes y no lo discutimos, pero no nos gusta sentirnos obligados. Yo no estoy obligado a comer jamón, pero me gusta la paella. Me adaptaré a las costumbres que me beneficien».
En conversación con La Verdad, Roubi se preguntó: «¿Qué estamos haciendo mal para que nos vean como radicales y terroristas?» De Mohamed VI y el objetivo de Justicia y Espiritualidad a derrocar su régimen, ni media palabra. Ante los periodistas, frente a las silenciosas olas del Mar Menor, té, dulces... y silencio.
«¿Fanatismo? Hay fanatismo en el fútbol, en el sexo... en todo hay fanatismo», decía ayer entre risas en la residencia de turismo activo Arbolar uno de los asistentes a las jornadas de la Federación Islámica de la Región de Murcia (FIRM).
Una veintena de hombres (uno con un niño, en apariencia su hijo), la mayoría con vestimentas árabes, escuchaban atentos las explicaciones de los organizadores. De fondo, tras unos ventanales, se veía la calma del Mar Menor, con unos botes amarrados muy cerca de la orilla y unos guiris ingleses correteando por la arena con un perro y una cometa. Dos mundos separados por un cristal.
Antes invitar a los informadores a té y dulces típicos árabes, el presidente de la FIRM, Mbarek Demouche (considerado líder de Justicia y Espiritualidad en Alicante), expuso los problemas para que se imparta Islam en los colegios y haya nuevas mezquitas.
La serenidad de Mbarek contrastó con la dureza de Brahim Roubi, quien rechaza que los inmigrantes deban hacer un esfuerzo de adaptación: «Los musulmanes no debemos adaptarnos a nada, sino integrarnos. Nosotros no tenemos por qué adaptarnos a las costumbres españolas. Estamos sometidos a las mismas leyes y no lo discutimos, pero no nos gusta sentirnos obligados. Yo no estoy obligado a comer jamón, pero me gusta la paella. Me adaptaré a las costumbres que me beneficien».
En conversación con La Verdad, Roubi se preguntó: «¿Qué estamos haciendo mal para que nos vean como radicales y terroristas?» De Mohamed VI y el objetivo de Justicia y Espiritualidad a derrocar su régimen, ni media palabra. Ante los periodistas, frente a las silenciosas olas del Mar Menor, té, dulces... y silencio.
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