EL ESPIRITU DEL 12 DE FEBRERO

ARTICULO DE OPINION: EL ESPIRITU DEL 12 DE FEBRERO
Por Antonio Garcia Petite

Los tiempos marcan cambios, o al menos una decidida voluntad de romper un inmovilismo involutivo que se ha tornando insostenible. Me refiero al encuentro de las entidades islámicas en España, celebrado, en Madrid, el pasado Sábado dia 12 de Febrero, patrocinado y organizado por la Federacion de Entidades Religiosas Islámicas de España –FEERI- bajo el lema Representacion oficial de los musulmanes en España. Lo que se presentaba prometedor, por su alta participación, supero con creces las expectativas, no solo de sus organizadores, si no de los propios participantes al acto, porque asistimos a una expresión viva de voluntad popular, sin ingerencias partidistas, ni mediatizadas por intereses de cualquier etiología. Los musulmanes españoles, y de España, han dado un verdadera lección de madurez, sin miedos ni ambages, posiblemente porque estén desapareciendo los viejos fantasmas de la desconfianza, la tutela y el patronazgo nepotista.

Por primera vez, y a propuesta de este Comité de Arbitraje Musulmán, cuyo ponente en el encuentro, es miembro fundador del mismo, se vio como proyecto muy positivo la celebración de un congreso abierto al debate, y la reflexión, sobre ciertos futuribles, tales como la representación, estatuto de cooperación del Estado con los musulmanes, corrientes de opinión y redes sociales de comunicación y foros de debate. Además de otras cuestiones de no menor importancia, tales como el respeto a un colectivo representado por no menos de un millón doscientos mil musulmanes. Y su papel en la sociedad actual. Es preciso, y lo dijimos como propuesta de este Comité, reconocer en clave de alto valor positivo la voz y opinión de de los jóvenes musulmanes, sin distinciones de segundas generaciones o autóctonos, lo que de verdad importa es trabajar por una sociedad del todo abierta al pluralismo, sin fantasmas construidos y alentados a la medida de los lobbies del miedo. Es preciso reconocer y poner en valor, como antes remarcábamos, que un nuevo modelo de sociedad esta emergiendo. No nos vale ese triunfalismo involutivo del fracaso del multiculturalismo como excusa para un laissez faire de nuevo cuño.

Las sociedades modernas, la del siglo XXI, es una sociedad cuya impronta, no solo es multicultural, en mi opinión , este es un aspecto adjetivo, sino una sociedad tolerante, capaz de mirar al otro, de igual a igual, es decir, en clave de igualdad, reconociendo aquellos valores de los que cada uno es portador. Una sociedad que practique la seclusion, el gheto, es una sociedad fragmentada, fracasada, sin futuro. En el encuentro, se puso de relieve la, necesidad de conformar y dar carta de naturaleza al movimiento intelectual, y nuevos liderazgos que están surgiendo en el seno del colectivo musulmán. Viene determinada esta iniciativa por la creciente aparición de redes sociales, asociativas, foros de encuentro opinión y de participación capaces de recoger y dar voz a mujeres y hombres que sienten la responsabilidad de implicarse y trabajar por la sociedad en la que viven. Hay que recoger la voz de las universidades, de los centros de formación y definición de opinión, redes sociales, y elevarlo al nivel de consideración que merecen,

Asistimos en el encuentro a una juventud universitaria, con unas inquietudes de implicación y participación muy significativas; o es que nuestra sociedad del siglo XXI, nos preguntamos, va a seguir ignorando a parte de sus ciudadanos? Resulta inadmisible que una minoría de la comunidad educativa se ponga nerviosa y adopte una postura intransigente ante una alumna que porta un hiyab. No se nos alcanza a comprender como sectores de cualquier estamento o segmento sociales, puedan denigrar del otro simplemente por una determinada actitud, gesto o posicionamiento ante la vida como es la confesión o vivencias ideológicas o religiosas religiosa, o de conciencia. No más trampas en el solitario de la convivencia, y basta ya del doble rasero o moral. La responsabilidad es de todos. Los españoles sabemos mucho de represiones y mordazas.

Alcanzamos unos niveles de convivencia en la transición inigualables, y nos dotamos de un modelo de convivencia muchas veces ensalzado por la comunidad internacional; o es que de nuevo nos invade la bisoñez de la que tantas veces la historia nos ha impedido con mano de hierro afrontar los retos futuros? Los retos son muchos, pero no podemos seguir analizando por más tiempo el hecho religioso del Islam desde la óptica y perspectiva de la inmigración; he aquí el primer error de base y partida. Todo aquel planteamiento que parta de una visión extranjerizante del fenómeno religioso del Islam esta llamado al fracaso. Esto lo dijimos en nuestra intervencion, porque el número de autóctonos que han abrazado el Islam es altamente significativo, y aquí para nada es determinante la inmigración. Cada uno llega donde llega fruto de una libre determinación, y lo que es más significativo que refuerza nuestra tesis, es el hecho reciente, de personas procedentes de otros colectivos me refiero al colectivo latinoamericano, en concreto, están abrazando el Islam.

Por tanto el Islam en España es ya un fenómeno de masas, no circunscrito al ámbito de la emigración y por tanto en muchos casos, de ida y vuelta. El Islam no ha venido para quedarse, como lamentan algunos, y por tanto pensar como se minimizan sus efectos, sino que es un hecho social espontáneo y autóctono pero cuando hablamos de Islam y su efecto en el conjunto de la sociedad española,¿ significa esto que debemos aceptar roles de vida exorbitantes a los núcleos de nuestra cultura? . En modo alguno. Tampoco compartimos la idea de algunos de un Islam a la española. La respuesta tiene que venir dada por el unico marco existente de convivencia del que nos hemos dotado, que es la Constitución Española. Nuestro marco de convivencia es uno de los que mas posibilidades ofrece para una convivencia plural. Todo dentro del marco constitucional, y nada fuera del mismo. Aquí hay que ser contundentes. Nuestro modelo de convivencia religiosa bajo los principios de libertad, igualdad y cooperación y no intervencionismo estatal, (laicidad) brinda un marco de posibilidades prácticas de materialización del modelo organizativo, altamente significativas.

El modelo actual plasmado en los Acuerdos del 92, no es que haya quedado superado, es que no ha funcionado. El colectivo exige reconocimiento y respeto al menos de momento, a este marco estatutario. Como se puede cambiar algo que ni siquiera ha funcionado. Me atrevería a decir que no solo ya se ha abierto un claro debate acerca del modelo futuro, sino que ha comenzado un debate a pie de urna, sin tutelas e ingerencias dirigistas. Lo importante es oír a las gentes, sobre su modelo, ellos son los verdaderos protagonistas.

Antonio Garcia Petite
Comité de Arbitraje Musulmán-Cam

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