Mujeres musulmanas feministas reclaman la igualdad de género en el marco del islam

Fuente: 20minutos.es, 21.10.10

Buscaba fundamentos religiosos para su tesis sobre 'la opresión de la mujer en el islam', pero Marie Laure Rodríguez no halló ni un pasaje discriminatorio en el Corán. Más aún, descubrió un texto precursor de la equidad entre sexos. Feminista "desde siempre", esta vasca se convirtió con 28 años al islam. Hoy, ocho años después, preside la Unión de Mujeres Musulmanas de España (Umme), que organiza hasta el domingo en Madrid el '4º Congreso internacional de Feminismo

"Soy más feminista desde que me convertí al islam, porque mi religión me permite ser una mujer liberada", dice con rotundidad Marie Laure, que define el feminismo islámico como el movimiento que busca la liberación de la mujer musulmana en el seno del islam.

Las primeras musulmanas en llamarse 'feministas' fueron escritoras e intelectuales del Magreb en la década de los 70. Formadas en universidades europeas, descubrieron que no tenían nada que ver con el feminismo secular emergente en occidente. Su lucha (yihad, en árabe) era distinta y ellas querían fundamentar la batalla por la igualdad en las enseñanzas de Mahoma. A la par nacía en Malasia una asociación -bajo el nombre de Hermanas del Islam- pionera en la lucha por liberar a las mujeres del yugo al que el poder político las sometía en nombre de la religión.

El velo: "una distracción"

Las mujeres lapidadas por sus familiares, abrasadas por maridos despechados, las ablaciones del sexo o el burka no son ejemplo de emancipación de la mujer y sí una realidad en ciertos países de mayoría musulmana. Además suponen "el 100% de las informaciones sobre la mujer en los medios de comunicación". Las feministas dicen que ninguna de estas aberraciones se justifica con el islam. "Son fruto de interpretaciones políticas erróneas e interesadas para perpetuar el control sobre la mujer de la 'sharia' (el código que rige la moral y la conducta privada de los musulmanes)", explica Zahira Kamal, ex ministra de la Mujer en Palestina.

El velo es una excusa para distraernos de problemas de fondo Estos grupos feministas, que basan su lucha en el derecho a la educación de las mujeres y en su acceso al poder público, han propiciado ya tibios cambios en el mundo musulmán. Citan las reformas Mohamed VI -primer monarca en pedir a una mujer que pronunciase, un viernes de Ramadán, el sermón en una mezquita y quien reservó por ley un 10% de escaños del parlamento para las mujeres- o los cambios en las leyes civiles de Palestina, como la edad de matrimonio o la derogación de la figura del 'guardián' de las mujeres. Pero, el arraigo del patriarcado y el crecimiento del fundamentalismo en países como Irán o Afganistán suponen un serio revés para su lucha.

Existen corrientes dentro del feminismo islámico. Moderadas y radicales, pero todas rechazan de plano hablar sobre el velo -hiyab- (y su prohibición) porque, "dicen", "es una excusa para distraernos de otros problemas de fondo". Unas lo llevan siempre, otras nunca, otras "a veces, porque no es un símbolo de sumisión", defiende Marie Laure.

Musulmanas 'antifeministas'

La oposición más frontal a su 'yihad de género' la vivifican sus propias compañeras de fe. La mayoría de las musulmanas creen que el feminismo islámico es "una amenaza" a sus tradiciones y a su religión. Mujeres como Masuma Assad (de la Unión de Mujeres Musulmanas Argentintas) para quien el feminismo islámico "apunta a la destrucción del islam para afianzar los principios del secularismo en las sociedades islámicas".

La mayoría de las musulmanas ven en el feminismo "una amenaza" Recientemente la asociación que preside Marie Laure, la Umme, pidió a los responsables de las mezquitas españolas que permitieran el acceso a las mujeres por la puerta principal. "Si hace 15 siglos entrábamos en igualdad de condiciones y por una puerta principal, ¿por qué en pleno siglo XXI y en un país democrático no lo hacemos?" se preguntaban.

Los hombres que dirigen las mezquitas más progresistas pidieron a las mujeres que tomasen la decisión. La mayoría decidió no romper el consenso. No cambiar el sistema. Pese a este revés, en la Umme creen que el suyo es un movimiento, aún minoritario, pero con futuro. Su presidenta, Marie Laure, así lo cree: "Las segundas generaciones de mujeres musulmanas, que tienen mayor acceso a la educación, empiezan a cuestionar el modelo religioso que han heredado, que nada tiene que ver con la esencia islámica y pronto reclamarán cambios".

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