Un jeque saudí proyecta en Madrid una TV para difundir el radicalismo islámico

Expertos antiterroristas advierten del riesgo de que el canal «Córdoba» alimente el yihadismo y desestabilice la comunidad musulmana.

No se trata de una expansión cultural ni de un episodio de la Alianza de Civilizaciones. Especialistas en combatir el terrorismo islamista advierten que constituye un riesgo que puede convertir a nuestro país en plataforma del «yihadismo». Esta voz de alarma se lanza por el proyecto de crear en Madrid, concretamente en Tres Cantos, un canal de televisión que, con el nombre de «Córdoba», difundirá en castellano —para España y Suramérica— el wahabismo, doctrina radical del Islam que, por ejemplo, confesaban varios de los terroristas del 11-S. La fuente de alimentación tanto ideológica como económica de esta corriente se sitúa en Arabia Saudí y precisamente de este país es originario el promotor de la cadena de televisión que empezará a emitir a partir del próximo octubre, después de ver frustrado su plan de hacerlo en este agosto. El cerebro de la operación es el jeque y teólogo Saleh Al Fawzan, miembro del consejo de grandes sabios de Arabia Saudí y cuyas prédicas se «rezan» en los llamamientos a la Yihad en Irak.

Son muchos los factores por lo que en España preocupa, y mucho, el proyecto televisivo de este jeque, que lidera la tendencia más radical del wahabismo. Encabeza la lista el que nuestro país haya sido elegido el primero para la «implantación mundial del wahabismo», plan que incluye en una segunda fase a Francia, Reino Unido y China. Saleh Al Fawzan no solo ejecuta así uno de los preceptos de su doctrina —expandirla fuera de las fronteras saudíes—, sino que incluye su proyecto en la ofensiva del extremismo islamista de «recuperación de Al Andalus», «el paraíso perdido de los musulmanes que fue ocupado por los españoles». El canal de televisión, de contenido religioso, que proyecta abrir en un local del polígono industrial de Tres Cantos es, simple y llanamente, una herramienta para captar prosélitos en el mundo de habla hispana, unos setecientos millones personas.
La emisión puede materializarse a partir de octubre si consiguen sortear los obstáculos que han impedido su puesta en marcha en agosto, coincidiendo con la celebración del ramadán. El objetivo de agosto se ha frustrado, entre otros motivos, por la encarnizada rivalidad que mantienen la Federación de Entidades Religiosos Islámica en España (Feeri) y la Unión de Comunidades Islámicas de España, (Ucide), las dos agrupaciones musulmanas más numerosas que hay en nuestro país. De ambas se ha servido el jeque Saleh Al Fawazan, de setenta años, y su hijo Abdulaziz Al Fawzan, verdadero ejecutor del proyecto televisivo, para desembarcar en España. Pero antiguas desavenencias y nuevos encontronazos entre Mohamed Kharchich, secretario general de Feeri, y Riay Tatary, máximo responsable de la Ucide, han hecho que la puesta en marcha se retrase a octubre. Los dos imanes practican un interpretación muy diferente del Corán, aunque también ha pesado el que Tatary se sintiera marginado del proyecto frente al protagonismo de Kharchic, hombre del que nadie pone en duda su proximidad y servicio al gobierno marroquí. De hecho su nombramiento como secretario general de Feeri fue interpretado como una interesada maniobra del servicio secreto marroquí y, además, en 2008 fue de uno de los cien imanes que se entrevistó con el ministro de Asuntos Islámicos de Marruecos para recibir instrucciones que luego tendría que aplicar en España.
Precisamente en Marruecos el jeque Saleh Al Fawzan y su hijo pensaron instalar el canal de televisión «Córdoba» para emitir en castellano a España y suramérica. Pero el gobierno de Mohamed VI puso todo su empeño en frustrar el proyecto al valorar las muchas posibilidades de que terminara convirtiéndose en una fuente de alimentación de fundamentalistas. Después del no de Marruecos, la familia Al Fawzan, que en Arabia Saudí es propietaria de una empresa de comunicación y de un diario digital, puso sus ojos en Granada, pero sus gestiones terminaron en un callejón sin salida, por lo que meses más tarde lo pretendió en Córdoba, también con nulo éxito. De ahí, el intento de Madrid.
Especialistas españoles en terrorismo islamista consideran que el canal de televisión, por su condición de órgano de expresión de la corriente wahabista, es un peligroso medio de captación y adoctrinamiento, así como de desestabilización en la comunidad musulmana asentada en España. De entrada, los expertos consideran una amenaza en sí que se llame «Córdoba», hecho que comparan a la denominación de «Al Andalus» del órgano de comunicación del grupo terrorista Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), organización que mantiene secuestrados a los cooperantes españoles Roque Pascual y Albert Vilalta.

Adoctrinó a uno de los suicidas del 11-S

El jeque y teólogo saudí, Saleh Al Fawzan, promotor del canal de televisión que pretende difundir desde Madrid una de las corrientes más extremistas del Islam, fue guía espiritual de uno de los autores de los atentados del 11-S. El también saudí Abdulaziz al Omari, que formó parte del «comando» que dirigió Mohamed Atta, se graduó en la Universidad Islámica Iman Mohamed Ibn Saud —principal centro de Arabia Saudí para la enseñanza estricta de la corriente wahabí—, y tuvo por maestro a Saleh Al Fawzan, profesor de sharía (derecho islámico). De hecho, el terrorista suicida siempre se refería al jeque como el teólogo responsable de su educación religiosa.
También profesaban la doctrina wahabí las dos terroristas suicidas —viudas de guerrilleros chechenos— que el pasado abril hicieron explotar en el metro de Moscú las bombas que llevaban adosadas a sus cuerpos, causando cuarenta muertos.
A sus setenta y siete años, Al Fawzan compagina su labor de miembro del Comité de Jurisprudencia en la Meca y del Comité Permanente para la Investigación Islámica y Fataawa, con sus negocios, entre ellos una empresa de comunicación, aunque de la gestión se ocupa su hijo Abdulaziz.
Sus prédicas, todo un ejemplo de radicalidad con continuos ataques a Estados Unidos y a los cristianos, mantienen que «la esclavitud es parte de la yihad y la yihad existirá mientras exista el Islam».Y entre todas las prohibiciones que justifica está la de que las mujeres puedan conducir, hecho que en el mundo musulmán solo se sufre en Arabia Saudí.
Prueba también de su radicalidad fue la amenaza que lanzó contra el escritor Hassan Al-Miliki por sus criticas al hawahabismo. Dijo que había que decapitarle. La pena quedó atenuada con un despido de su puesto en el Ministerio de Educación.

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