Estalla el debate sobre legislar el uso del pañuelo islámico en clase

Fuente: El Pais (22/4/2010)

- Los dirigentes políticos, incómodos ante el dilema de regular el 'hiyab'
- La familia de Najwa irá a la justicia y colectivos islámicos saldrán a la calle

Najwa Malha no fue ayer a clase. Por tercer día consecutivo no acudió con su hiyab (pañuelo islámico) al instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde sus amigas volvieron a protestar cubriéndose a ratos la cabeza.

Pero la polémica generada porque su centro no le permite ir a clase con velo creció mucho más allá de los muros de su instituto, que amanecieron cubiertos de pegatinas xenófobas.

Asociaciones y colectivos musulmanes planean llevar el caso a los tribunales y movilizarse por todo el país, con protestas como una caravana de mujeres.

El día en que en Francia se anunció la presentación de un proyecto de ley para legislación sobre el burka, en España se abrió tímidamente el debate sobre la posibilidad de legislar sobre el pañuelo islámico (hiyab).

Con la excepción de alguna concejal musulmana del PP, como Fátima Kaddur, de Ginés (Sevilla), en el principal partido de oposición tienen claro lo que se debe hacer. Hay que "respetar y respaldar" la libertad de los centros educativos para regular sus normas de convivencia, reiteró ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y todos la secundaron.

Si el Consejo Escolar instituto de Pozuelo acordó, el martes, no cambiar su reglamento interno y mantener la prohibición de acceso a clase de Najwa Malha, porque utiliza el hiyab, su decisión debe ser acatada por las autoridades educativas.

Frente a esta determinación el Gobierno y el PSOE titubean. De todos los socialistas que han intervenido en el debate la más ambigua fue, probablemente, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído. Recalcó que no le gusta "ningún velo" pero abogó por la "tolerancia".

Quizá el más contundente en las filas del PSOE fue otro andaluz, el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves. Se pronunció porque "los gobiernos establezcan normas claras", es decir, que legislen sobre ese controvertido tema.

Entre Aído y Chaves se situaron otros miembros del Ejecutivo como, por ejemplo, el titular de Justicia, Francisco Caamaño. En los pasillos del Congreso vaticinó que "en su momento se pondrán los mecanismos adecuados" para resolver asuntos como el de Najwa. Será "a través de la unificación que se produce en los tribunales o a través de otros expedientes normativos posibles". Lo primero llevaría años, lo segundo podría ser más rápido.

El PSOE tiene también sus disidentes como el PP con la concejal Kaddur. El alcalde socialista de Villalba, José Pablo González, manifestó, por ejemplo, su apoyo al veto del velo islámico decidido por el instituto de Pozuelo y al traslado de la menor a otro instituto de su ciudad dónde si podrá llevar el hiyab.

El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, argumentó incluso que no se debe permitir ningún símbolo religioso "para poder seguir garantizando la aconfesionalidad del Estado español y la convivencia dentro de los centros".

En Izquierda Unida, en cambio, no hay opiniones discrepantes. Su portavoz de Educación en la Asamblea de Madrid, Eulalia Vaquero, exigió que se paralice el traslado de la alumna musulmana de un centro a otro. Se están "perjudicando los derechos fundamentales de Najwa", recalcó.

Fuera del ámbito político, al menos una voz de elevó para pedir también una ley de carácter estatal que regule el uso del pañuelo. Fue de la Francisco López Ruipérez, presidente del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid, quién opinó, no obstante, que el instituto de Pozuelo había gestionado "razonablemente bien" en caso Najwa.

Tres amigas de Najwa llegaron a clase, una vez más, con el pañuelo puesto como signo de apoyo a su compañera. "Seguirá luchando, no se va a quitar el velo", declararon en la puerta.

Detrás de ellas, pegadas en la verja, han sido colocadas de noche decenas de pegatinas del partido de ultraderecha Democracia Nacional, con el lema Stop a la islamización. Mezquitas no. Duraron pocos minutos. Las quitaron entre tres alumnos y un operario.

Las amigas aseguraron que Najwa se siente mal, "muy nerviosa". El instituto le comunicó oficialmente ayer a la familia que no podrá acudir al centro con velo, según un portavoz de la Consejería de Educación. Éste precisó que el padre de la alumna, Mohamed Malha, aún no ha aclarado si quiere o no el cambio de centro a otro instituto de Pozuelo, el San Juan de la Cruz, en el que sí podría cubrirse la cabeza.

"El padre de Najwa no aceptará la decisión del centro", explicó Said Bourhim, amigo de la familia, que sustituyó como portavoz a un padre volcado en el cuidado de su hija. La joven está de baja médica por ansiedad, añade.

"A Mohamed le habría gustado que la situación no llegase a este límite", según Bourhim. La familia busca un abogado para llevar el asunto a los tribunales y espera además, el respaldo y la actuación de la comunidad islámica de España, que ayer empezó a movilizarse contra la decisión del Consejo Escolar del instituto.

Aún no han cerrado fechas ni movilizaciones concretas, pero todos los representantes musulmanes consultados repiten la misma idea: el reglamento de un centro no puede estar por encima de la Constitución.

Se aferran, principalmente, a un informe de la dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia que señala que "el derecho a profesar una creencia incluye el derecho a expresar, exteriorizar o vestirse de acuerdo con la misma". También anuncian medidas legales.

La Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) prepara una denuncia. "Estamos estudiando la mejor vía, pero estamos dispuestos a ir hasta el Tribunal Constitucional porque con Najwa han vulnerado la Carta Magna, su libertad religiosa y su derecho a la educación", explica Mohamed Ali, presidente de la organización.

Acordarán con el padre de Najwa si se presentan como acusación particular o van de la mano con la familia. "No queremos que la decisión de este instituto siente precedente", según Ali.

Las primeras muestras de apoyo llegan desde Internet. Najwa Malha cuenta con un foro propio en la red social Facebook y desde un blog se anima a enviar cartas de protesta a la página oficial de la Comunidad de Madrid contra la decisión del instituto de Pozuelo.

"¿Qué daño puede hacer que una chica lleve cubierta la cabeza? El problema de las mujeres musulmanas no el hiyab, eso es sólo una seña de identidad", señala Yonaida Selam, miembro de la Asociación Intercultural de Melilla, promotora del foro de Facebook.

Otra mujer, Amparo Sánchez Rosell, ha empezado a poner en pie, desde el Centro Cultural Islámico de Valencia, una caravana de mujeres musulmanas desde distintos puntos de España. Aún no tienen fecha, pero sí destino: Pozuelo "donde ha acontecido esta injusticia", reza un mensaje en un foro.

Lahcem Sau, presidente del Consejo Islámico de Cataluña e imam, se une al grupo de apoyo. "Tengo cuatro hijas ya mayores, todas estudiaron con velo en Barcelona y nunca hubo ningún problema".

Mounir Benjelloun, vicepresidente de la Federación Islámica de Murcia (FIRM), afín al gran movimiento islámico marroquí, prohibido y a veces tolerado, Justicia y Caridad, ha ofrecido a la familia "respaldo económico y psicológico" y pide a los partidos políticos "que no saquen provecho de este asunto, como ha ocurrido en otros países europeos".

Un foro de respaldo reúne firmas

Apoya a Najwa Malha. La polémica por el velo de la joven de Pozuelo de Alarcón (Madrid) hierve en la red social Facebook, donde se ha creado un foro monográfico -anoche rozaba los 700 miembros- que recoge firmas para enviar una carta a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Estos internautas quieren conseguir así que Najwa vuelva a su instituto sin necesidad de renunciar a llevar el hiyab (velo islámico). En la carta, transmiten a la presidenta Aguirre su "inquietud y malestar" por lo que consideran una vulneración de los derechos de libertad religiosa y educación de la menor.

Aluden a la Constitución, a la Carta Universal de los Derechos del Hombre, a la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y a la Convención sobre los Derechos del Niño. Se preguntan cómo el reglamento de un centro escolar "puede estar en contra" de todas estas normas de rango superior. La propuesta de la Consejería de Educación de ofrecerles otro centro en el municipio, sin reglamento contrario a cubrirse la cabeza, les parece "un parche" que no soluciona "el problema de fondo: la falta de respeto a la diversidad".

Por último, recuerdan opiniones contrarias a la de Aguirre como las de los ministros de Educación, Ángel Gabilondo, y Justicia, Francisco Caamaño, que defienden que en este caso prevalezca el derecho a la educación.

GEMMA MARTÍN MUÑOZ (Directora general de Casa Árabe): "Esto alimenta a la derecha islamófoba"


La arabista Gemma Martín Muñoz lo tiene claro. "Tanto porque la ley de libertad religiosa lo permite, como porque garantizar la educación es un derecho que ha de prevalecer, la niña debe volver a las aulas sin que nada la haga objeto de discriminación". Recalca que "no se debe interpretar en su nombre que llevar el pañuelo signifique su sumisión o relegación como mujer" porque "hoy día ya no es el velo el que marca el estatuto de libertad o sumisión de la mujer musulmana".
Y advierte: "Si esto no se quiere entender acabaremos provocando un conflicto social innecesario que, además, alimenta a una extrema derecha islamófoba que está desarrollando en toda Europa un muy preocupante proceso de estigmatización contra los musulmanes".

SHAIMA SAIDANI Tres años con velo en clase: "No me quito el 'hiyab' porque no quiero"

Shaima Saidani, de 10 años, llega corriendo, abre el portal de su casa y sube las escaleras. Sentada en el comedor junto a su madre, Noama el Harmii, viaja atrás en el tiempo. Hace tres años el colegio público de Girona Annexa-Joan Puigbert le impidió la entrada si no se quitaba el hiyab. La niña, que estaba en tercero de primaria, se mantuvo firme. La Generalitat intervino y obligó al centro a admitirla tres semanas después. Shaima lleva ya tres cursos en la escuela y sigue llevando el pañuelo. Oficialmente, según el reglamento interno, no puede llevar hiyab, pero acepta la imposición del Departamento de Educación.

Shaima vivió lo mismo que está viviendo ahora Najwa Malha, de 16 años, que hace dos días que no acude a su instituto en Pozuelo de Alarcón porque las normas prohíben llevar la cabeza cubierta. La madre de Shaima ni se había enterado. "Siempre vemos la televisión árabe", se justifica. Shaima no sabe qué opinar, pero en la escuela ha tenido un pequeño incidente. "Le he ido a preguntar una cosa a un profesora sobre una poesía y me ha dicho que por qué no me quito el pañuelo. Le he dicho que porque no quiero", cuenta, en catalán. Su madre capta algunas palabras pero le pide a la niña que se lo explique en su lengua. "Cuando te digan eso, les dices que si en Madrid hacen una ley que dice que no puedes ir así, que te vuelves a Marruecos. Nosotros no estamos aquí por hambre. Y cuando te pase algo así, me llamas", añade. Shaima asiente.

La niña se cubrió la cabeza por primera vez con tres años en Marruecos. "Se tapaba cuando salía con su abuela a pasear o iba a la mezquita", explica su madre. Nadie la obligaba, lo hacía porque quería, insisten ambas. Con ocho años, decidió ponerse el hiyab para siempre. Tiene cientos, de todos los colores. Si ahora Shaima decidiese quitárselo, a su madre le parecería bien. En cuanto tuviese la menstruación, se lo impondría.

El día que Shaima decidió asistir a clase con el velo estaba frente a la televisión. "Había visto en el canal árabe a niñas con el pañuelo. Primero le pregunté a mi madre si me lo podía poner y me dijo que no. Después al final probé y fui al colegio con el pañuelo", recuerda. El primer día no le dijeron nada, después cuenta que le amargaron la existencia. Y por eso pidió cambiar de escuela. Le tocó el centro Annexa-Joan Puigbert, donde le impidieron ir con el hiyab. Tres semanas después, la Generalitat obligó a la escuela a admitirla.

Hoy es feliz. Shaima sigue en el Annexa-Joan Puigbert y no tiene problemas con nadie. Es la única de los 410 alumnos que lleva hiyab (la escuela tiene entre el 10% y el 15% de inmigrantes). El director, Llorenç Carreras, declinó hacer declaraciones. En el centro continúa el mismo reglamento. Y Shaima con la misma determinación: "Si no quieren el hiyab, me voy a Marruecos".

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