Mohamed Reda (UCIDMurcia): «Sólo 4 ó 5 mezquitas son radicales»

Fuente: La Verdad (21/2/2010)

  • El líder religioso afirma que los imanes avisan a las autoridades si a sus mezquitas llega algún fiel lanzando mensajes integristas y de odio
  • «Los servicios secretos tienen que saber qué se cuece en cada sitio. Su labor es necesaria»
Mohamed Reda, dirigente de la Unión de Comunidades Islámicas (UCIDE) en Murcia, es un hombre moderado. Lo es en el tono de su voz, en sus palabras y, afirma, también en sus creencias. Algo que no resta contundencia a sus quejas por la forma en que está siendo tratado el caso del imán de El Algar acusado de abusos sexuales y colaborador de los servicios secretos.

-¿Cómo está afectando a la comunidad islámica y a los propios imanes el encarcelamiento de uno de sus compañeros, Amin B., como sospechoso de abusos sexuales a niñas?
-Estamos montando un juicio paralelo, con el que se va a perjudicar a ese señor, sea culpable o no, y le estamos quitando el derecho a la presunción de inocencia. Eso nos molesta a nosotros como comunidad, porque se está echando mucha leña al fuego. Se le está dedicando un gran espacio en los periódicos; se le está dedicando más atención de la que merece. Será porque es la primera vez que ocurre algo así en España con la comunidad musulmana.

-Tiene razón en que es un asunto de circunstancias bastante excepcionales y que, quizás por ello, se le está prestando gran atención...
-Si analizamos el espacio que le están dedicando a este tema, en comparación con el asunto de Irlanda del Norte, que es mucho más grave (se refiere a los abusos sexuales sobre niños, cometidos por religiosos cristianos), pues queda claro...

-Los medios de comunicación solemos valorar los asuntos en función de la cercanía o inmediatez del suceso, además de otras circunstancias. Esto no tiene nada que ver con la confesión religiosa del sospechoso de abusos. Cuando en Murcia, o en España, se ha descubierto un escándalo sexual protagonizado por un cura católico, también se le ha dado gran relevancia pública. Se lo puedo asegurar.
-Bien.

-Además, el caso del imán de El Algar tiene la particularidad de que esta persona era un colaborador de los servicios secretos españoles, del CNI...
-Yo no entiendo cómo el CNI ha podido confirmar que alguien trabaja para ellos, siendo algo tan secreto. Si se trabaja para ellos es con el fin de detectar grupos integristas o movimientos extraños, y sus colaboradores están prestando un servicio al país. Si eso sale a la luz pública, ya le están cortando el camino de regreso, tanto en España como en su país, porque se queda marcado. Eso es una torpeza.

-El CNI, como tal servicio, ni ha confirmado ni ha desmentido nada. Nunca lo hace, lógicamente. Las fuentes han sido oficiosas, aunque sí de los servicios de información y de inteligencia.
-Pero esas fuentes están destapando secretos igualmente.

-¿Tenía usted alguna sospecha de que esa persona podía estar colaborando con el CNI?
-Ni idea. Pero, además, de haber estado haciéndolo, nadie habría podido tener la certeza, porque es algo secreto. Si se ha sabido es sólo porque se ha fracasado.

-Claro.
-Es obvio, ¿no?

-¿Conocía personalmente a Amin?
-No. No he llegado nunca a verlo. Estuvimos en la mezquita de El Algar antes de la inauguración y cuando volvíamos de visita él todavía no había llegado allí.

-¿Pertenecía ese imán a la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE)?
-Sí. Esa mezquita es de UCIDE.

-¿Eran buenas las referencias que tenía sobre esa persona?
-Nadie puede conocer todos los secretos de otra persona. Si ahora ocurre que estaba haciendo algo malo, o de que estaba trabajando para alguien, si era así, pues ya no estaba cumpliendo con su misión.

-Tengo entendido que la comunidad islámica considera especialmente condenables los abusos sexuales cometidos sobre menores.
-Está muy perseguido y muy castigado por la religión musulmana. Es mucho peor incluso que agredir a una mujer. Los niños deben tener una especial protección.

-¿Qué castigo prevé la ley musulmana para estos casos?
-Depende de qué ley musulmana hablemos. Si es la tradicional, la recogida en el Corán, que ya no se practica más que en Arabia Saudí, Afganistán..., el castigo es muy grave.

-¿La muerte por lapidación?
-Bueno... Si es cogido 'in fraganti', sí. Con testigos. Pero en los países árabes impera ahora la ley francesa. Esos castigos tan duros a los que se refiere ya no se usan.

-Imagino que si el imán es declarado culpable de esos abusos, no podría volver a ejercer esa actividad.
-Es que no podría hacer nada, de ningún modo. Ni como imán, ni sin serlo. Tendría que desaparecer. Sobre todo porque los padres de las chicas no lo admitirán nunca.

-Volvamos al asunto de los servicios secretos. ¿Hasta qué punto es habitual que el CNI o los servicios de información de las fuerzas de seguridad traten de infiltrar las mezquitas, de conseguir colaboradores entre los imanes, entre la comunidad musulmana...?
-Yo creo que es necesario, incluso.

-Coincido con usted.
-Tienen que llegar a las concentraciones humanas de todo tipo. Tienen que saber lo que se cuece dentro y sólo hay una forma de hacerlo. Por seguridad nuestra, del propio país y de sus ciudadanos, es necesaria su labor. Pero si detectamos a un colaborador, tiene que desaparecer, porque ya fracasó.

-¿Qué hace un imán cuando llega a su mezquita una persona que lanza mensajes radicales, de odio...?
-Lo primero es avisar a las autoridades. Eso hacemos. Es que es algo que puede dar origen a una situación muy delicada para los propios musulmanes, puede causar complicaciones graves. Luchamos contra ello.

-¿Les permiten seguir yendo a las mezquitas?
-Eso depende de la mezquita. Puede haber alguna mezquita, muy pocas, que tengan ideas afines. Pero la gran mayoría rechaza esos mensajes.

-¿Cuántas mezquitas hay actualmente en la Región?
-Calculo que unas 120.

-¿Y cuántas de ellas tienen un corte más radical?
-Pueden ser cuatro o cinco, nada más. Aunque no de una forma declarada. Nadie reconoce eso.

-Hay en la Región dos grandes federaciones de comunidades musulmanas. Por un lado está UCIDE, la que usted preside, y por otro la Federación Islámica de la Región de Murcia (FIRM). ¿Hay entre ellas una especie de guerra o batalla, pacífica, por supuesto, para controlar el mayor número de mezquitas?
-No podemos llamarlo guerra, desde luego. Hay una cierta rivalidad. El objetivo común es servir a los musulmanes. Ellos quieren tener más mezquitas y defienden sus derechos en la comunidad de Murcia, para ganar más fuerza. Nosotros somos una federación estatal y no le damos tanta importancia al número de mezquitas que tengamos en la Región. Pero colaboramos habitualmente.

-¿Qué diferencias existen entre una y otra federación? Diferencias ideológicas, o de concepto, a la hora de interpretar el islam.
-Ninguna. Nosotros vamos a sus mezquitas y ellos vienen a las nuestras.

-¿Considera que estas informaciones sobre el imán de El Algar, los presuntos abusos sexuales, su condición de colaborador del CNI..., están dañando la imagen de los musulmanes en la Región?
-Demasiado. Está perjudicando muchísimo, y al mismo tiempo también perjudican mucho a ese señor.

-¿Cómo les gustaría que les vieran los murcianos de origen?
-Muchos de nosotros somos ya españoles y actuamos como tales. Simplemente somos de religión musulmana. Defendemos este país como el que más. Pero tenemos más inseguridad, porque cualquier cosa nos perjudica más que a los católicos. Debemos evitar estos líos en nuestra comunidad y, a la vez, abrirnos un poco más para que nos conozcan. Y hay que pedir a los españoles que intenten conocernos. Sin voluntad por ambas partes nunca habrá integración.

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